El protagonista es un intrépido detective que no le tiene miedo a nada, excepto a unas cosillas sin importancia a las que seguro que todo el mundo teme. Por ejemplo, una terrible y terrorífica directora de colegio. Eso te hiela la sangre en las venas mucho más que un T-rex enseñándote todos los dientes. ¡Donde va a parar!Y es que otra cosa que nos ha gustado muchísimo de esta colección, además de la forma como Rory nos cuenta sus alocadas peripecias, es la inmensa imaginación que derrocha cada página. Todo es mucho más emocionante si nos salimos de los límites que impone la realidad y que suelen ser demasiado aburridos. Pues que eso no te estropee una buena aventura. Aunque esté ambientada en nuestros días, todo es más chulo con unos cuantos dinosaurios de por medio...A mí, personalmente, me ha llegado al corazón la relación entre el protagonista y su hermano. Son clavados a estos dos terremotos que tengo en casa. Hoy te amo, hoy te odio, pero más de lo segundo que de lo primero.
Terribles enfrentamientos |
Típica pelea entre hermanos. me suena, me suena... |
Ahora queremos conocer más casos de este detective (que te resuelve un caso antes de cenar), su mejor amiga La Gata (esa sí que no le tiene miedo a nada) y el tocanarices de su hermano mayor (y sus grandes ideas). Por cierto, que te van dando pistas durante toda la lectura para que que llegues a la misma conclusión que Rory. Nosotros descubrimos al culpable antes de que se resolviera en la trama y tengo a los niños la mar de orgullosos de sí mismos.
Es un libro de fácil lectura y que les ha enganchado de principio a fin. Las ilustraciones me parecen geniales. ¡Lo que se puede trasmitir a base de monigotes esquemáticos!
Ahora tendremos que hacernos con un kit de detectives para seguir el ejemplo del niño del libro y resolver misterioso casos de nuestro entorno.
Como el del bocadillo del almuerzo desaparecido que vivimos hace poco. No estaba no en la mochila de Daniel, ni en la de su hermano, ni por casa... Seguimos investigando su paradero...
Ahora tendremos que hacernos con un kit de detectives para seguir el ejemplo del niño del libro y resolver misterioso casos de nuestro entorno.
Muchos dinosaurios, muchísimos |
Como el del bocadillo del almuerzo desaparecido que vivimos hace poco. No estaba no en la mochila de Daniel, ni en la de su hermano, ni por casa... Seguimos investigando su paradero...
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