lunes, 7 de febrero de 2022

Cretacic Park, una aventura alucinante sin salir de casa

Las fieras se convirtieron en inspectores de parques de atracciones y se fueron a comprobar que todo funcionara bien en un parque de dinosaurios gracias al juego de Runas Experience Cretacic Park. Con sus libretitas se pusieron manos a la obra para apuntar todo lo que vieran que tuvieran que ser arreglado. ¡Y encontraron unas cuantas cosillas!

Menos mal que tenían los cuadernos de anotaciones de los expertos para ayudarles y pudieron arreglar todos los desaguisados con mayor o menor esfuerzo.

El mayor se hizo un poco de rogar para participar en la aventura, porque es adolescente y su misión es ponerme las cosas difíciles, pero finalmente aceptó el trabajo y se puso a inspeccionar con ahínco. Incluso con más emoción que su hermano. 

El juego en sí es muy sencillo, pero se puede complicar todo lo que queramos. Con que los peques sepan leer ya lo pueden seguir con facilidad. Además, el que prepare el juego cuenta con una completa guía con pistas para los peques y todas las soluciones para evitar que se queden estancados en algún punto.

El material, tal y como viene, ya asegura una aventura la mar de divertida. Está impreso en una calidad excelente, trae un mapa chulísimo y unas pegatinas para medir el progreso y las misiones exitosas que a mis chicos les ha llamado mucho la atención.

Pero yo quise rizar un poco el rizo porque estos peques ya son niños mayores y avezados en el tema de vivir aventuras peliagudas, así que de las cuatro pruebas que tenemos, dificulté dos bastante más.

Una de ellas fue la del Dino-aviario, en la que los pterodáctilos se escondieron pero que muy bien y los peques tuvieron que estar haciendo parkour por sillas, mesas y muebles para poder encontrarlos. Y aún así les costó bastante. ¡Es que estos bichos vuelan muy alto! Además, les había convertido el salón en un río y sólo podían llegar al Dino-aviario saltando por las piedras.

La prueba de la guardería de huevos fue la que más les costó. Admito que me pasé un poco con el nivel de dificultad. El juego te facilita unos huevos en papel para recortar, pero te sugiere que uses huevos de verdad y que pintes los símbolos con indelebles en cada uno. ¡Pues bien! Yo compré huevos de codorniz para que les fuera más difícil distinguir los símbolos entre tanta mancha que tienen en el cascarón, pero, en contrapartida, les dejé una bonita lupa. Si es que soy un cacho de pan.

La verdad es que con tanta mancha a cada uno le daba unos resultados diferentes, así que les saqué los huevos de papel, que había recortado por si acaso. Pero ellos ya tenían una solución más de tirar por la carretera de en medio. Le iban a llevar los cuatro huevos al T-rex (el dragón de peluche) y andando. Que los empollara todos y cuando nacieran se los daban a las madres correspondientes y santas pascuas. 

Lo de poner al dragón como mamá dinosaurio también fue un extra que se me ocurrió de repente porque a estos les flipan este tipo de detalles en los juegos.

En el despacho del informáticos, les costó un poco dar con la clave para encontrar la contraseña del ordenador, porque no se les ocurría que el lugar en el que tenían que buscarla estaba justo frente a sus narices. No hacían más que estudiar el cuaderno del informático del derecho y del revés tratando de buscar un hilo del que tirar. Al final tuve que darles una pista y ya no tuvieron dudas.

La prueba que les pareció más fácil con diferencia fue la de buscar al dinosaurio que se había escapado de su jaula. Fue un respiro más que bienvenido en la aventura. Menudas sonrisas por haberlos resuelto a la primera.

Al final pegamos las pegatinas en el cuadernos correspondientes y nos comimos los huevitos de dinosaurio para celebrar el éxito de la inspección, que puede sonar un poco bestia, pero la mente de los niños tienen una capacidad disociativa espectacular y en ningún momento se acordaron de que supuestamente se estaban comiendo los bebés de los dinosaurios.

El juego nos pareció muy divertido a los tres. Y encima es muy fácil de organizar. Sólo hay que recortar unas piezas y pegar unos carteles. ¡Y a jugar! Luego lo puedes complicar o adornar con lo que quieras. Algún pasaje de habilidad, como el tema del río que puse; disfraces para hacerlo más realista; muñecos de dinosaurios por toda la casa para ambientar; hilo musical (en la web del juego te facilitan una playlist)...

Los peques están deseando que les monte el otro juego de Runas Experience que tenemos: Academia de Hechiceros.

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