Los centros comerciales no están hechos para bebés inquietos. desde luego no para el mio. Y creo que las compañeras de maternidad que a veces me acompañan en la ardua tarea de entretener a sus bebés piensan lo mismo.
Le llama la atención todo lo peligroso, quiere entrar en las tiendas, molesta a la gente que se está tomando tranquilamente algo en las cafeterías, se mete entre las piernas de los viandantes, se empeña en coger guarrerías del suelo... Y si osas impedir que haga lo que le venga en gana tenemos una pataelta tras otra. Y venga a llorar y retorcerse, y venga a gritar y pegarme. Uf, demasiado estrés. Qué ganas de que vuelva el buen tiempo y volver a nuetsro querido parque infantil. Dónde puede hacer el burro lo que quiera. O casi. Porque allí tampoco le está permitido coger basurillas del suelo.
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