martes, 12 de julio de 2011

Pequeño susto

Vaya susto me di el otro día. Estaba tranquilamente empujando el carrito de mi niño en dirección a la piscina cuado oí un "crock" y al segundo un trocito de cemento y yeso se estaba estrellando a menos de medio metro del chiquitín. Me quedé paralizada unos segundos de la sorpresa. Daniel señalaba el pedrusco dando pequeños saltos en el carrito. Miré hacia arriba y no vi nada. Se oían ruido de martillazos, pero nada más. Acongojada me alejé todo lo que pude de la fachada de la casa. La rabia se iba apoderándo de mí. ¡Menos mal que no nos había pillado debajo!.

Al día siguiente, volví a pasar por allí aunque mucho más cerca de la carretera y vi que habían puesto unas cintas naranjas para acotar el perímetro. Se ve que sí se dieron cuenta de lo que había pasado, aunque allí nadie se había asomado, al menos, para disculparse. ¡Qué irresponsabilidad la de ayer! Al menos habían tomado medidas para que no volviera  a pasar.

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