En primer lugar, adjuntaba la fotocopia de la figura de una bola navideña y nos invitaban a decorarla con nuestros peques y colgarlas en casa como adorno.
Al mayor se le iluminaron los ojos en cuanto la vio y me rogó que fuéramos corriendo a casa para hacer todas las que pudiéramos. A su hermano enseguida se le contagió el espíritu, así que improvisamos algo con algodón, rotuladores y mucha purpurina. ¡Les quedaron preciosas!
Como no teníamos témpera verde hubo que mezclar amarillo, azul y algo de blanco, así que nos ha quedado muy colorido. Creo que lo que más les gustó fue experimentar con las mezclas.
Daniel hasta improvisó con un recorte sobrante del cartón y me hizo un precioso pájaro de cartón que ha pasado a adornar una de las estanterías del salón
Lo pasaron genial untando pintura a diestro y siniestro, pero acabaron castigados por una encolerizada mami cuando se extralimitaron con su pasión por expandir la pintura. Cuando me di cuenta habían pasado a decorar los babis, pantalones, la mesa... Menos mal que no hubo que lamentar más que mi mal humor.
Eso sí, ellos fueron los que sacaron los manchones de pintura de la mesa a fuerza de frotar con los estropajos y el jabón.
Puse los cartones a secar en la bañera pensando en pintar la otra cara al día siguiente, pero se ve que mi regañina les quitó las ganas de seguir con el proyecto y tras una corta colaboración del primogénito, me tocó a mí acabar de mal pintar el arbolito.
Mientras se secaba les puse a hacer los adornos que pensábamos pegar en sus ramas. Empezaron con mucho ahínco, pero a los cinco minutos perdieron todo el interés. Daniel debió ver la decepción en mis ojos porque aún se esforzó en seguir pegando washi tapes en trozos de gomaeva, pero le dejé libre cual pajarito para que jugara a los que quisiera. Lo que me faltaba era obligarles a hacer lo que yo quiera.
El día siguiente, justo antes de ponerme a hacer la cena, el mayor me pidió el ratón y los rotuladores indelebles especiales para ropa. Emocionada no me hice de rogar. Le instalé en la mesa del comedor y me senté a su lado para supervisa que la cosa no se fuera de madre como con el árbol. Mientras pintaba me iba comentando la jugada. " Y aquí una cicatriz, y no va a ser una ratón, una rata mola más... Con ojossss rojossss... Y mucha sssangre en el morrro de una batallaaaaa..." "¡Danieeeeeel! No quiero una rata zombie que me dé pesadillas. ¡Quiero un ratón bonito y adorableeeeeee!" Estallé desesperada.
"Vale, vale... pues un poco de verde por aquíiiii.... y... ¡ya está! Ya no quiero pintar más" Y así me dejó con su siniestro ratón en la mano.
Entonces se me acercó el pequeño exigiendo su turno. Le puse el baby. Le di las pinturas, su ratón. Hizo unos cuantos rayajos. Se pasó un buen rato pintando la cola de "color carne", unas manchas en las orejas y... "Ya no quero pinta má". Y ahí me quedé con dos ratones blancos en la mano un poquito decorados.
Con ningún cargo de conciencia pinté en el de Iván unos ojos, el morro y los bigotes. Por lo menos para que parezca un ratón y no una pirámide con orejas. Cuando le dije que había que llevarlo el lunes a clase se puso a llorar como un loco. "Que nooooo, que nooooo". Conociéndole, seguro que el lunes se lo da a la profe tan feliz.
En fin, que las cosas nunca salen como las planeamos. ¡Y menos con estas fieras de por medio!
Al final, para decorar el árbol les dí unas servilletas con motivos navideños para que las decoraran y las pegué al árbol con el método decoupage para que tuvieran algo de presencia. Lo de pintar las servilletas les encantó. Acabó siendo un trabajo colaborativo porque nos íbamos pasando las servilletas para colorear un detalle u otro. Lo malo era que Iván casi siempre pintaba fuera del motivo, así que al recortarlo se quedaba mucho de los suyo fuera. Pero aquí lo importante es pasarlo bien y no que quede perfecto.
Al final entre los adornos de gomaeva, los de servilleta y los algodones de colores ha quedado muy alegre y navideño.
Me encanta! pedazo de árbol os habéis currado...
ResponderEliminarSobre los ratones...no coment! jajjajaja ratas con cicatrices...jajajajaja
Besos
No te aburres no...
Muchas gracias!!! En realidad es muy fácil, aunque muy voluminoso :S
Eliminarmenos mal que era para el cole, porque en casa no iba a caber cuando montemos el de verdad...
Te aseguro que los ratones de mi mente eran monísimos jajaja
Vaya aventura navideña!!! y cuantas cositas!!! El árbol... ¡ME ENCANTA! precioso. Ahora... a seguir decorando ¡Feliz comienzo de Navidad! :)
ResponderEliminarMuchas gracias :D
EliminarEs muy fácil de hacer y los niños se lo pasan bomba... Y la madre jajaja
Feliz Navidad!!
Pues ha quedado muy chulo!!!! De todas formas, no me gusta mucho eso de que anden obligando tanto a los alumnos como a los padres a hacer manualidades. Y menos para Navidad. ¿Qué pasa si uno no celebra la Navidad? Un besote!!!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. Son actividades optativas, pero a ver quien es el guapo que deja a su hijo fuera cuando el resto está tan feliz trayendo cositas para adornar la clase. En mi época (parezco la abuela zapatilla) los adornos de clase los hacíamos en clase, no en casa. Aunque confieso que yo, por mi forma de ser, estoy encantada con estos deberes ;)
EliminarUn rata zombi asesina, jajajajajaja! Menuda currada, ha quedado chulísimo!! Yo creo que ya puedes ir pidiendo en el cole que le pongan tu nombre a un pasillo o algo. XD
ResponderEliminarMuas!
Yo creo que al contrario porque el árbol es una armatroste,el adorable ratón parece una rata asesina y la bola la hice a mi aire y luego había que llevarla al cole con las medidas exactas jajaja
EliminarQue desastre ;)
Genial!..creo que pondre tu arbol como otra #fotoidea en mi fan page. Un bezo
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado tanto :D
EliminarLa idea de #fotoidea en el twiter es genial.
Besazos!!