Dragogato está muy mosqueado últimamente. Le ha parecido ver su gato gordo con aureola mágica rondando por sus dominios y no le hace ni pizca de gracia. Los aventureros se parten por las esquina viendo su cara de mosqueo. El malvado dragón juraría que ha visto ese gato en alguna parte.
Y no anda desencaminado, porque se trata, nada más y nada menos, que de Cuchigato Blanquinegro, el gato del gran mago Cuchiperri que intentó ayudar ya en una ocasión a nuestros valientes protagonistas del juego de verano con un juego de pistas y candado.
Supuestamente, el mago lo ha mandado con la misión de ayudar a los valientes niños en su misión de derrotar al mal bicho que los tiene prisioneros haciendo más y más hojas de caligrafía, pero el muy vago se pega todo el día tumbado y mirando mal a nuestros héroes cada vez que se acercan a jorobarle la siesta. Fantasma no parece muy dispuesto a participar en el juego con el papel que le han dado los propios niños.
De hecho, aún no ha hecho nada por ellos. Como mucho ponerse patas para arriba para que le rasquen la barriguita. Este cuchigato...
Encima el Dragón casi está decidido a comérselo para no correr riesgos. El otro día estábamos en la mesa cuando Dragogato comenzó a interrogar sobre la mascota peluda que anda a sus anchas por su mazmorra.
"Me parece haber visto a la gorda y perezosa mascota de mi archienemigo Cuchiperri. ¿Sabeis algo?", les interrogó directamente.
"Debe ser el gato de éste que está aquí sentado. Por cierto, ¿Este quien es?" señaló Danipur al padre que estaba tan tranquilo llevándose el cubierto a la boca totalmente ajeno a nuestro juego.
"Pues.... Eeeeeh...", piensa piensa, "Un bárbaro amigo mío", Raúl puso cara de "Pues bueno" y siguió a lo suyo sin negar ni afirmar su nueva identidad o si el bichillo peludo era o no suyo.
"Pues es su mascota, así que no te la puedes comer", concluyó el mayor.
"Ah no" le contradijo su hermano, "Es Cuchigato Balnquinegro, el gato del mago..."
"¡CAAAALLAAATEEE!" rugió Danipur, "Si dices eso se lo comerá idiotaaaa"
A Gatonur se le encendieron as mejillas y cerró los puñitos con gran fuerza, "¡¡Idiota túuuu!! Yo digo lo que quiero".
"¡¡¡A comer los dos y a callar si queréis tener turno de videojuegos esta tarde!!!", sentenció el bárbaro con cara de pocos amigos.
Los dos críos siguieron protestando por lo bajini durante el resto de la comida y el dragón ya no se atrevió a añadir nada más, convirtiéndose de nuevo en la mamá de los dos niños enrabietados por el destino de Fantasma en las fauces draconianas.
En fin, que es mejor no llevar tan lejos los juegos si queremos la comida en paz.
me gusta como escribes No se como llegué hasta aqui
ResponderEliminarVolvere a visitarte abrazos
Muchas gracias. Que ilusión me hace. Abrazos :D
EliminarEl bárbaro no se anda con chiquitas. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarYa te digo!!! jajajaja
Eliminarjajaja ¡imaginación al poder!
ResponderEliminarNo se libra ni el gato jajajja
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