Hace poco me enteré navegando por facebook que en la Real Academia de las Artes de San Fernando se acogía una exposición de lo más interesante, Yokai: iconografía de lo fantástico.
Los Yokais son espíritus y monstruos de la mitología japonesa.
A mí me fascina la cultura japonesa y sus leyendas, sobre todo de la época Edo, y creo que a mis hijos también. Daniel es un enamorado de Leyendas de Zipango, un libro ilustrado por Ruth Martínez que recoge algunas de esas historias increíbles. Además, toda la familia seguimos las peripecias de Usagi Yojimbo, el cómic de Stan Sakai sobre el ronin de orejas largas que se las tiene que ver con todo tipos de bandidos y criaturas sobrenaturales en el medievo japonés. Si a esto le sumamos la pasión de los peques por Yo-kai Watch ya está claro que teníamos que ir a la exposición sí o sí.
Les pregunté a los chiquillos y se sumaron a la visita emocionados. Una vez allí no hacían más que preguntar sobre las pinturas exhibidas con mucha curiosidad e interés. Las piezas son maravillosas, pero las explicaciones se quedan cortas para tantas inquietudes infantiles. Aconsejo que os documentéis antes de ir, sobre todo si vais con niños.
Con que os sepáis unas cuantas leyendas ya los vais a dejar contentísimos. Yo tuve suerte porque, además de la historia de un par de yokais famosos, una de las historias sí que me la sabía: la de la araña gigante. O eso creo porque la leí en un cómic de Usagi y puede que la hayan variado un poco. Resulta que un gran señor se empeñó en tener en su habitación una pintura de Tsuchigumo, un terrible Yokai con forma de araña gigante. No paró hasta que el mejor pintor de su feudo le hizo un mural extremadamente realista. Poco después cayó enfermo y cada noche que pasaba se ponía peor. Se llegó a la conclusión de que alguien lo estaba envenenando así que se extremó la vigilancia y se apostaron cuatro guardias en su puerta, pero el paciente empeoraba y si no encontraban pronto una solución su fin sería inevitable. Un valiente se presentó voluntario para pasar la noche junto a su cama. Al poco rato de anochecer, el señor dormía profundamente cuando, de repente, algo sospechoso llamó la atención del guardia. La araña gigante de la pintura se movía y cobraba vida saliendo de la pared. Aterrorizado llamó al resto de los guardias a voz en grito y entre todos pudieron dar buena cuenta del terrible monstruo salvando así la vida de su señor.
También encontramos varias veces representado a los Kappa, unos seres con forma de tortuga humanoide que te ahoga en el agua si no le das pepinillos. Si logras tirar el agua que tiene en su cabeza sin parte superior del cráneo y que se tapa con una hoja podrás acabar con él. Y a Rokurokubi, la mujer que por la noche sufre un alargamiento anormal de su cuello que se estira hasta el infinito para asustar a pobres humanos. Todas esas las encontramos en la exposición mientras mirábamos monstruosas ilustraciones.
La leyenda de El gorrión de la lengua cortada, que tanto nombraban en muchas de las piezas expuestas la tuve que buscar en google. Resulta que un señor muy bondadoso tenía una esposa malísima y una mascota gorrión que le alegraba los días con su canto. La mujer se puso celosa del pájaro y le cortó la lengua un día que su esposo no estaba en casa. El animalillo huyó de la casa después del ataque. El hombre se sintió muy triste cuando se enteró de los sucedido y salió a buscarlo. Resulta que el gorrión era mágico y cuando lo encontró le invitó a su casa y lo agasajó con deliciosas viandas y los cantos maravillosos de otros gorriones. Cuando se despidieron le dio a elegir entre una canasta pequeña y otra grande como regalo y le pidió que no la abriera hasta llegar a casa. El señor cogió la pequeña porque no era codicioso y al llegar a casa vio que estaba llena de joyas y dinero. Le contó a su mujer todo lo sucedido y esta corrió a la casa del gorrión a por la canasta grande. El gorrión se la dio y cuando la abrió se encontró con que estaba llena de espantosos yokais que no dudaron en cebarse con ella. Por cierto, en algunas pinturas hasta la canasta se convierte en yokai. Espeluznante.
También buscamos por internet El desfile nocturno de los Cien Demonios, la pieza clave de la exposición y uno de los cuentos más famosos del folclore japonés. Resulta que un noble volvía de palacio a su casa cuando, de repente se topó con un terrorífico desfile de Yokais, onis, demonios, ogros y otras criaturas del inframundo que hacen huir a sus criados y bueyes mientras intentan romper su carruaje con zarpas, dentelladas, palos, garrotes y fuego. Mientras los destrozan, el noble huye y se pone a rezar o a meditar o algo así hasta que amanece y los monstruos se tienen que ir por donde han venido. El pergamino es una maravilla.
A mis chicos lo que más les gustó fue el juego de tablero, las Guardas de katana, los muñecos kobe a los que se les saltan los ojos, el desfile de nocturno de los Cien demonios y la batalla en la que los humanos ganan a los yokai a base de pedos. Con esta última ilustración estuvieron riéndose un buen rato.
Después de verla entera con calma, todavía me pidieron que fuéramos a una u otra representación concreta y que hiciera un montón de fotos a todo lo que les llamaba la atención.
Nos ha gustado muchísimos a los tres, así que la recomendamos para todos los amantes de los Yokais y leyendas japonesas. Esta exposición está hasta el 23 de septiembre.
A mí como que lo oriental nunca me ha atraído mucho pero las leyendas molan, oye. Besotes!!
ResponderEliminarA mí me encantan todo tipos de mitologías y leyendas <3 <3 <3
EliminarPor aquí también ha llegado la publicidad de la exposición y el padre de las criaturas estaba valorando seriamente el hacer una escapada a Madrid para llevar a los peques.
ResponderEliminarEl mayor es un fan entusiasta de los Yo-kai, se los sabe todos y la peque le sigue.
A mí no me terminaba de convencer la idea, porque ya me sé lo q pasa...ellos esperan q estén los Yo-Kai vivitos y coleando, como cuando fuimos al MUJA, que el niño esperaba q estuvieran los dinosaurios como los animalitos del zoo y no veas q chasco!!
El caso es que la exposición es muy chiquitita. Si venís que sea con planes alternativos además de la exposición porque van a recorrérsela muy rápido. Yo no haría un viaje sólo para esta exposición. Pero sí que la incluiría si fuera a esa ciudad con más planes. No sé si te he ayudado o te he liado más ainsss
EliminarLes puedes enseñar a tus hijos fotos de la expo para que vean que van a encontrarse. Yo me metí en la web del sitio y les enseñé lo que había allí puesto antes de ir.