Este fin de semana nos lo hemos pasado bomba con la magia del Mago Tután en su espectáculo Magia, magia y más magia, que está en cartel en el Teatro Intemperie. La verdad es que te partes con este prestidigitador que, según mis hijos, "trolea" a sus espectadores con mucha gracia. Mis churumbeles se retorcían en sus asientos sin parar de reir y a veces tenía que pararles los pies para que la cosa no fuera a mayores. Cuando se emocionan no entienden de límites.
Ya cuando llegamos al teatro mis dos fieras se encontraron como en casa. Es un lugar recogido y agradable. Enseguida se sentaron en unas butacas a curiosear folletos y comentar lo que esperaban encontrarse cuando entraran en la sala. He de decir que lo que encontraron superó sus expectativas.
Un mago muy carismático les esperaba en la puerta para tomarles un poco el pelo antes de comenzar la función. Los niños entraron enseguida en el juego de las bromas y los chascarrillos. A los más tímidos les trató con más delicadeza para que no se asustaran. La verdad es que tenía mucha mano izquierda para tratarles.
El espectáculo comenzó y no pararon de desfilar peques y mayores por el escenario para ayudar al protagonista en divertidos números que iban desde la hipnosis, hasta la adivinación, pasando por los juegos de manos... Se notaba que intentaba que todos participaran por igual, luchando contra la vergüenza y desconfianza de algunos, y el exceso de entusiasmo de otros, como el caso de mi hijo Daniel, que casi se tiraba en plancha hacia él cada vez que pedía un voluntario. Menos mal que tenía una paciencia infinita.
Tras una buena sesión de carcajadas y magia, puso fin al espectáculo con una sesión de globoflexia que volvió locos a los niños. Desde luego no tenían ninguna prisa en irse y no paraban de pedirle figuras: que si flores, que si perros, conejos, espadas... ¡Vaya cosas chulas hacía!
A Daniel, que ganó el sorteo para la pieza más impresionante, le hizo un alucinante gorro regaliz, que casi llegaba al techo. No veas que odisea para llevarlo en el metro hasta casa. Pero valió la pena porque ahora tenemos un rincón de globos muy chulo en el que el gorro hace como de planta en la que se apoya la espada del mayor y viven el conejito y el perro del pequeño.
Mi primogénito ya me ha pedido que aprenda a hacer gorros regaliz para cuando se desinfle el que tiene. ¡Con el respeto que me dan a mi los globos por si se pinchan! Me parece que va a tener que volver a visitar la mago Tután.
q guay!!! y q chulada y original gorro!!!!!! :)
ResponderEliminarEl gorro mola mil!!!! Jajajaja
EliminarComo bien decía el mago, así es imposible perderlo de vista :D