Nada más apagar las luces, la cuentacuentos nos puso en contexto hablándonos de la expansión del Islám y de cómo llegó a España, También nos habló de algunas de las maravillas que el mundo musulmán ha aportado a nuestra cultura, cómo los números, la brújula, grandes descubrimientos de la física, muchas palabras nuevas en nuestro vocabulario... También nos trajeron el arroz con leche, la pasta, las berenjenas, las salchichas, el azúcar cristalizado (que hasta entonces era líquido), las sandías y los melones.
Resulta que, en la época de la conquista musulmana, el número 1000 era para ellos el límite hacia el infinito y de ahí surgió el título de las Mil y una noches. La cuentacuentos comenzó a relatar como dos Sultanes hermanos se encontraron con que sus mujeres se besuqueaban con otros hombres cuando ellos no estaban, así que les pusieron las maletas en la calle y se cogieon un berrinche del quince. Uno de ellos, Schariar, se enfadó tanto que culpó a todas las mujeres en general de ser más malas que malas (e indignas de la confianza de los pobres y engañados hombres). Llamó a su Visir y le hizo saber que o le traía todos los días una mujer con la que casarse y a la que ajusticiaría cada amanecer, o el que sería ajusticiado sería él.
El pobre Visir, ya se estaba preparando para su fatal final, incapaz de llevar a ninguna mujer a tal cruel destino, cuando su hija le pidió que la llevara a ella porque tenía un plan genial. Tras un rifi rafe tremendo, que soy yo y no la dejo ir ni loca, convence al padre (eso sí que es ciencia ficción), y se presenta ante el sultán para casarse.
Por supuesto, se monta un fiestón en el que todos los niños bailaron la hormiguita tan felices moviendo los brazos, las caderas y los pies al ritmo que marcaban la cuentacuentos y Goku.
Tras la boda y toda la parafernalia, Sherezade, que así se llama la protagonista, le propone a su flamante marido una sesión de cuentos antes de irse a la cama y, por supuesto, empieza por la serie de Dragon Ball, justo dónde lo dejamos en la anterior sesión.
Con las andanzas de Goku y sus primeros problemas con el amor, llega el amanecer. El Sultán se queda con ganas de más, así que le permite a su esposa vivir un día más. Esa noche continúan con los cuentos... Tres niños representaron de una forma muy graciosa la historia de dos bromista y una víctima a la que no pudieron tomar el pelo.
Se ve que al sultán también le gustó esta historia porque dejó vivir a su mujer un día más para poder escucharla de nuevo a la noche siguiente, en la que le tocó el turno a Alibabá y los 40 ladrones... Y así pasaron mil y una noche llenas de relatos que hicieron que el sultán se planteara su inquina contra las mujeres y perdonara la vida definitivamente a Sherezade, de la que se había enamorado, evidentemente.
Para celebrar tan buen final, los peques hicieron cola para coger la chuche que pone punto y final a los cuentacuentos de Akira Cómics.
Me ha encantando que uno de los cuentos sea Goku jajajaja
ResponderEliminarDí que sí, que se va a perder la serie mítica :-P
Un beso
Es que cada edición eligen un tema diferente. El año pasado fue Harry Potter y éste Dragon Ball. A mis hijos les encanta :D
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