lunes, 13 de diciembre de 2021

Cata a ciegas de turrones

Una de las actividades que he incluido en el calendario de adviento este año es una cata a ciegas de deliciosos turrones. Aunque, aprovecho para confesar que para mí lo único que son turrones son el blando y el duro. El resto son tabletas dulces de sabores varios. Y las de chocolate me parecen pastillas de chocolate sin más. 

Pero a lo que iba, que estamos en la cuenta atrás para Navidad y estamos inmersos en un calendario de adviento lleno de retos y figuras de Dragon ball. Lo ideal hubiera sido currarse retos navideños que estuvieran relacionados con la mítica serie... Pero para eso hay que tener mucho tiempo libre. Y...no. No es mi caso.

Tampoco cuento con figuras para todos los días. En total tengo 22 a repartir y algunos días les pongo dos por motivos más que justificados. Por ejemplo, el primer día para que cada uno disfrutara de su figura, cuando nos fuimos al pueblo para que tuvieran una figura más con la que jugar allí... En fin, que tengo que rellenar huecos sin contar con la sorpresa estrella y que ellos esperan como agüita de mayo.

Uno de esos días sin figura se me ocurrió una idea que triunfó mucho entre lo peques. Les dije que cerraran los ojos, les puse delante un platito y les puse en las manos una trocito de turrón. Tenían que adivinar de qué sabor era. Les iba dando el mismo sabor a los dos a la vez y luego comentaban entre ellos sus opiniones.

La verdad, es que se lo puse bastante fácil y tres de ellos lo sacaron enseguida, sin debate ni nada. El blando, el de chocolate y arroz inflado y el de coco los acertaron sin lugar a dudas. El de chocolate blanco les costó un poco más, pero porque no tenían muy claro si era chocolate con leche o blanco. Estas pastas indefinibles pueden saber a cualquier cosa.

La que no sacaron fue la de crema catalana, aunque dijeron yema y al final se la di por buena para evitar enfados ilógicos y tontos.

Me hubiera gustado pillar sabores más difíciles, pero conociéndoles luego se quedarían en la cocina hasta el fin de los tiempos. Prefería asegurar y comprar lo que sé que se va a comer.

Cuando terminamos el juego me preguntaron por la pista de la figura. Les dije que ese día no había figura porque, como bien sabían ellos, no tenemos para todos los días. No se lo tomaron a mal, pero negociaron a muerte para conseguir más turrones de esos que echarse a sus estomaguitos ansiosos por sobredosis de azúcar.

2 comentarios:

Me encanta saber lo que piensas.