Así como Daniel no se podía ir a dormir sin su cuento de Pablo, el bombero, Iván necesita el suyo del niño pirata. Los cuentos del intrépido bomberito que salvaba las más extravagantes situaciones de emergencia acompañado de su perro Fuego y su gata Agua variaban cada noche, pero el cuento de piratas es siempre igual. ¡Y no se lo cambies! Que ya se lo sabe y le gusta ir adornándolo con intervenciones esporádicas.
De camino a la cama va gritando "Cuento piata, cuento piaaaaaaata..." y casi todas se lo cuento. Todas no, porque a veces viene de una sesión de cuentos con su papi y veo que ya se ha hecho demasiado tarde para más historias (normalmente yo tengo taaantas cosas que hacer en cuanto mis peques cierren sus ojitos que no puedo acostarles muy tarde si quiero dormir algo).
Las noches que sí se lo cuento, se acomoda en su camita ahuecando la almohada y tapándose hasta la barbilla. Cuando encuentra su postura, me mira expectante y muy sonriente esperando a que comience.
"Pues había una vez, un niño que trabajaba en un restaurante, pero estaba muy triste, muy triste, porque él, en realidad, quería ser...."
"¡¡¡Piata!!!" Me interrumpe Iván emocionado.
"¡Exacto!" continúo "Quería ser pirata. Un día vinieron unos piratas de verdad al restaurante y el niño se empeñó en servirles. Se hicieron amigos y cuando llegó la hora de despedirse les pidió que les llevara con ellos.
- No puede ser.- Dijo el capitán pirata- Es una vida muy dura para un niño.
Y lo dejaron en el restaurante más triste que nunca.
Estaba limpiando la mesa cuando..."
"Mapa, mapa, mapaaaaaa"
"Sí, se encontró con un maaaaapa, pero no un mapa cualquiera...."
"¡Teoro"
"Era el mapa del tesooooro. Al poco volvieron los piratas y le preguntaron:
- Niño, ¿No habrás visto un mapa del tesoro por aquí?
- Siiiiiiiiiiiiiii"
"Tiiiiiiii"
"- Pero no os lo daré si no me lleváis con vosotros a buscar el tesoro.- les dijo el niño.
Y los piratas se llevaron al niño al barco.
Cuando estaban en alta mar estalló una gran tormenta y el niño les gritó: ¡Rápido! ¡Ataros al barco y así no os caeréis!
Y todos los piratas se ataron.
Y cayeron rayos..."
"Pom, pum catapuuuuum"
"Y truenos"
"Croooc, catacroooooc"
"¡Y relámpagos!"
"¡Catapum chimpún!"
"Pero, de repente, se acabó la tormenta y el capitán pirata le pregunto a todos si estaban bien y todos contestaron: Siiiiii"
"Tiiiiiiiiiiiiiiiii"
"- Muy bien niño. Como premio puedes subirte al palo mayor.
El niño, muy contento, se subió al palo mayor y desde arriba, ¡tierra a la vista!, vio una isla, pero una isla cualquiera... ¡Era la isla del...!"
"Teoro, teoro, ¡¡¡¡teorooooooo!!!"
"Del tesoro, sí. Entonces, los piratas se bajaron a tierra y miraron el..."
"¡Mapa!"
"Primero, tenían que atravesar la selva de los monos furiosos..."
"Uh, Ah. Uh"
"Luego, la cueva del dragón"
"Gruarrrrrrr"
"Y por último encontrar una X muy graaande. Pronto llegaron a la selva de los monos furiosos"
"Uh. ah, uh... Cocos, cabeza, cataaaapuuuuum"
"Eeeeeh. Sí. Empezaron a caerles cocos en la cabeza. ¡Ay! ¡ay! Los monos se los estaban tirando. El niño les dijo que abrieran sus paraguas y los cocos rebotaban contra los paraguas y no en sus cabezas. Así lograron salir de la selva de los monos que cada vez estaban más y más furiosos"
"Uh, ah, uh" Lo que le gusta a este niño hacer el mono...
"Los piratas llegaron a la cueva del dragón. De repente, salió un dragón muuuuy feo"
"Gruaaaaaaarl. Dagoooooon"
"-Os voy a comer a toooodos.- Gruñó el dragón. Los piratas se echaron a temblar. Entonces, el niño les gritó:
- Rápido. Tiradles vuestros bocatas de chorizo.
- Noooooo, que están muy buenos.
- Síiiiiiiii, que si no nos come.
Y todos le tiraron sus bocatas de chorizo.
- Ñam, ñam, gruaaaar ¿que es esto tan rico?- Exclamó el dragón. Mientras se inflaba a bocatas los piratas escaparon corriendo y se pusieron a buscar la X grande.
Pero no la encontraban por ningún lado. El niño decidió subirse a la palmera más alta para ver mejor. Desde allí pudo verla. Era tan grande que no se veía desde el suelo. Indicó a los piratas dónde estaba y se pusieron a cavar.
Encontraron un cofre, pero no un cofre cualquiera... ¡Era el cofre del tesoro!
Y dentro había..."
"¡Epadas! ¡Cudos! ¡Chuches! ¡Late! ¡Juetes!..."
"Sí, todo eso y mucho más. Los piratas se llevaron el tesoro al barco para repartirlo. El capitán pirata le dijo al niño que podía quedarse con ellos y vivir muchas aventuras. Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!"
"Ota veeeez, ota veeeez"
"No, otra vez, no. Ahora hay que dormir" Le beso, le tapo bien, les acaricio la cabeza a él y a su hermano, compruebo que todo está bien y salgo de la habitación entornando la puerta.
Tendré suerte si no aparece más de dos veces en el salón antes de coger el sueño por fin.
Dentro de poco se contará el "olito" el cuento.
yo creo... que dos noches más y te lo cuenta él!!
ResponderEliminarPues el día que pase eso me voy a quedar frita escuchándolo jajaja
EliminarAndaaa, qué cuento más chulo! Yo intento inventármelos también, pero no me quedan tan molones...(te aviso que igual te lo plagio, jejeje...).
ResponderEliminarMuas!
De aquí puedes coger todo lo que quieras. Ya lo sabes :D
EliminarMe alegro de que te guste el cuento. Yo ya estoy hartita del niño piata jajaja
Seguro que tus cuentos quedan muy chulos. La autocrítica es la más dura. Yo cada vez que me imagino a un fiero dragón comiendo bocatas de chorizo o a aguerridos piratas sacando paraguas de no se sabe donde me quedo bizca jajaja
jajaja que grande! ahora creo que tu lo disfrutas más jejeje
ResponderEliminarDepende de mi nivel de sueño jajaja
EliminarOye, es que el cuento mola. Sobre todo la parte de los bocatas de chorizo... Yo también querría que me lo contaras todo el día. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarEs que el dragón no es tonto jajajaja
EliminarGracias por tu voto de confianza :D
Claro no me extraña que solo quiera ese cuento, hasta yo quiero que me lo cuentes otra vez. Otra, otra, jajaja
ResponderEliminarPor un lado es muy cómodo contar siempre el mismo cuento porque... ¡no hay que pensar!, pero por otro... ¡Empiezo a odiar profundamente al niño pirata! :S
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