sábado, 19 de diciembre de 2015

Operación kilo

"Mamá, ¿tu sabías que existen niños pobres?", la pregunta me pilló de sorpresa, como siempre. "Eeeeh, si...", contesté titubean. "¿Y que no tiene tele, ni juguetes... ¡ni comida!", prosiguió, "Tiene que estar muy tristes, no".

Me senté a su lado y comencé el discurso de que lo más importante para que un niño sea feliz es que su papá y su mamá le quieran. La tele no es importante cuando podemos contar cuentos, cualquier cosa es susceptible de convertirse en un juguete o juego y en España hay ayudas para que ningún niño se quede sin comer... Daniel me escuchaba muy atento y antes de que terminara mis argumentos ideales sobre el dinero no da la felicidad (pero, desgraciadamente ayuda y mucho, aunque eso no se lo dije), me soltó que en su cole van a hacer algo para que nadie pase hambre: ¡la operación kilo!.

"Mami, me tienes que dar un kilo de comida para llevar a clase" me pidió corriendo hacia la cocina. Me parece una iniciativa genial. Así educan a los niños en la solidaridad. Muy animada me puse a rebuscar en el armario despensa. Con esto del trabajo no lo tengo tan actualizado como antes, pero mi hijo encontró un paquete de dos kilos de arroz y uno de un kilo de harina que se metió muy feliz en la mochila. Al día siguiente le ayudé a llevarla hasta el cole porque pesada muchísimo.

Nada más llegar se puso a contar muy emocionado todo lo que llevaba a sus amigos. Iván nos observaba sin decir nada, pero quedándose con todo.

Esa misma tarde, Daniel me pidió más comida. No había ido al super, con lo que se tuvo que conformar con una paquete de medio kilo de pasta. Para él fue todo un tesoro.

El más pequeño se plantó frente a mí y extendiendo los bracitos me soltó muy serio "Yo también quiero operación kilo". Así que ya me veis buscando y rebuscando para encontrar otro paquete de un kilo. Muuuuy al fondo localicé otro de harina de un kilo y muy feliz se lo di a Iván que lo abrazó muy contento.

Luego pensé que con un litro de leche también habríamos acertado y no me hubiera tenido que matar a buscar. Pero no pasa nada, porque ya estoy viendo que el lunes volvemos a las andadas, así que ya he metido en la lista de la compra doble de pasta, arroz, azúcar, harina, garbanzos...

6 comentarios:

  1. ¡Qué ilusión les hace cargar con la ayuda! Ellos se sienten muy importantes haciendo esto. Por aquí , curso tras curso tenemos operación kilo en el cole , también en los supermercados. Con que cada uno dé un poco se hace muchísimo. Hace un año o así, el banco de alimentos de aquí hizo un llamamiento por radio y demás porque se habían quedado sin nada en los almacenes(estaba la crisis más profunda entonces) y al otro día salió en el telediario local como se llenó de las ayudas de las personas y por supuesto nosotros colaboramos .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que a veces ayudar cuesta muy poco y hace mucho. Daniel sí que se enteraba del alcance de su acción, pero me parece que para Iván no dejaba de ser un juego más. Ya se irá dando cuenta del alcance de nuestras acciones cuando crezca un poquito más...
      Recuerdo los peores años de la crisis cuando se hundieron tantas familias... Uufff...

      Eliminar
  2. Qué bonito que deseen ayudar y preocuparse por los más necesitados.Da gusto ver a peques implicados...besitos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y da gusto ver que los coles ponen en marcha iniciativas como ésta para que los peques aprendan que no todos son tan afortunados como ellos y la importancia de ayudar al que lo necesita

      Eliminar
  3. Preciosas iniciativas que se llevan a cabo en las escuelas. Una buena manera de que los peques tomen conciencia de la realidad de muchas personas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo. Me encanta con que ilusión han acogido la operación kilo. Es maravillos que les contagien las ganas de ayudar y ser solidarios :D

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.