Si no fuera porque es un caso recurrente podríamos llamarlo casualidad, pero ya van tres veces que la familia que contrató mis servicios como detective se han encontrado a su bebé de poco más de dos años campando a sus anchas en el asiento de atrás del conductor.
La primera vez, casi le da un infarto a la madre cuando se vuelve para investigar el motivo de las alocadas risas de sus retoños y se encuentra a dos milímetros de la cara del pequeño.
Enajenados por la situación, los progenitores pararon el vehículo donde mejor pudieron para atar al más pequeño de sus vástagos. La mujer no pudo asegurar que hubiera anclado el cinturón de seguridad de una manera fiable, así que todo quedó en un equívoco, que gracias al cielo, no fue a más.
La siguiente vez, dio la voz de alarma su hermano mayor con un acusador “Mamiiiiii, Iván se ha soltado”. Con el corazón desbocado pararon de nuevo de urgencias para volver a atar al niño rebelde.
Al rato, volvía campar a sus anchas sobre el asiento trasero. La madre juraba y perjuraba, que en esa ocasión en particular había comprobado de forma contundente el cierre del cinturón de seguridad.
Tras una terrible charla de seguridad vial que dejó al bebé sumido en sus propios pensamientos no se ha vuelto a dar tan terrible incidente.
Tras interrogar a los testigos minuciosamente, buscar huellas del delito e intentar escenificar las posibles opciones pienso presentar el siguiente informe a sus padres:
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Opción A: el sujeto en cuestión, un varón caucasiano de
dos años y dos meses, tiene algún gen de Houdinni que le dota de una habilidad
maravillosa para el escapismo.
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Opción B: El hermano mayor tiene superpoderes como él
mismo asegura y es capaz de alargar el brazo como Mr. Fantástico, de los Cuatro
Fantásticos, con lo que le resultaría muy fácil soltar al sujeto de la
investigación desde su posición sin ser detectado por la vigilancia materna.
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Opción C: el querubín ha aprendido cómo soltar el
cinturón de seguridad y no le tiembla la mano al hacerlo a pesar de las
nefastas advertencias de sus preocupadísimo, y al borde de un infarto, padres
Menudo susto!!! a nosotros también nos pasó algo parecido con el mayor, pero la charla no fue efectiva...hasta que un día, llevaba a su camión favorito "sentado" en el asiento del medio, yo tuve que frenar un poco bruscamente y su camión se precipitó contra el suelo del coche, él entendió rápidamente que si no se dejaba bien atado el cinturón le podía pasar lo que a su camión favorito y hacerse mucha pupa.
ResponderEliminarNo sólo no volvió a quitarse el cinturón, sino que si alguna vez cargamos cosaas en el coche y no le ponemos lo primero de todo su cinturón nos lo recuerda a gritos..." que no me habéis atado!!!!!"
Si es que al final no hay nada mejor que los tratamientos de "choque".
EliminarEstos no se dan cuenta del peligro. Y eso que les he explicado que el cionturón de seguridad es una cuestión de vida o muerte.
Espero que no se vuelva a soltar. Ahora, cuando vamos en coche, estoy todo el rato volviéndome para comprobra que todo va bien... ¡Y acabo mareadísima!
Yo voto con la opción B, jejeje...Con lo duros que van esos cierres sería un milagro que tu escapista los pudiese abrir!
ResponderEliminarMuas!
Yo también empiezo a creer que Daniel tiene superpoderes jajaja
EliminarA ver si apruebo el test... C!!
ResponderEliminarjajajaj
Vaya tela, estos nenes te salen la mar de espabilados
También creo que es la C, pero no tenemos pruebas jajaja
EliminarSi es que se las ingenian que da gusto... Instala una cámara de seguridad en la parte trasera del coche, a ver si resuelves el misterio. Besotes!!!
ResponderEliminar¡¡Que buena idea!! Webcanm y portatil para tenerlos bien vigilados juas juas juas
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