Hay que ver con qué salero pela mi niño pequeño las mandarinas. Ya me parece extraño que le gusten, visto al repelús tan enorme que les tiene mi primogénito desde que le acerqué una a la nariz hace ya años, pero que encima invierta tooodo ese tiempo en pelarlas y que luego vaya engullendo los gajos tan feliz, me parece casi un milagro.
"Ina, iiiiiiina" Chilla feliz cuando le preguntamos qué fruta quiere al terminar de comer.
Q tendrán las mandarinas!!! al mí le gusta sobre todo pelarlas...ya lo de comerlas un poco menos, así q le pongo a pelar, porque a mí me gusta comerlas, pero odio pelarlas...ese olor en las manos..no lo soporto :-(
ResponderEliminarDaniel no puede ni con el olor jajajaja
EliminarCada niño es un mundo
A mí también me gustan, y eso que no soy muy de fruta que se diga... Lo de pelarlas ya me gusta menos, que se me mete la pielecilla ésa debajo de las uñas y me da mucha grima. Besotes!!!
ResponderEliminarYo lo que odio es que lleven pipas. Puajj
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