Y más subidón le dio al mayor que no para de recordarme lo impactante que fue el musical y de preguntarme todas sus dudas sobre lo que son las huelgas, los esquiroles, las crisis energéticas... Enseguida lo agarró y se puso a pasar páginas como un desesperado asegurando que, aunque le parecía que tenía demasiadas letras y pocos dibujos, estaba más que dispuesto a leérselo.
Aquí entre nosotros, me huelo que se las prometía muy felices con la sarta de palabrotas que salieron de la boca de los actores y pensaba que las encontraría todas escritas entre las páginas del libro, pero se debió llevar una decepción porque en este sentido el libro es mucho más suave. Aún sigue emperrado en leerlo cuando acabe el que tiene ahora entre manos. ¡A ver si es verdad!
El caso es que, en cuanto se despistó el primogénito, me hice con él y me lo leí de una sentada. Me pasa a menudo con las novelas que me enganchan. Me cuesta parar por mucho sueño que pierda.
Es una adaptación del guión de la película, con lo que me lo esperaba con menos calidad de la que le supongo a una novela original de la que el autor tenga toda la trama y personajes en su cabeza desde el inicio. Pero no, se nota que a Melvin Burgess le impresionó tanto la historia del sueño de este niño bailarín como a nosotros, porque ha logrado introducirse, no sólo en su cabeza, sino en la de todos los personajes que le acompañan con muchísimo éxito.
Realmente consigo meterme en la piel de ese padre destrozado por la muerte de su esposa y angustiado por la suerte de sus hijos, entiendo las reacciones extremas de un hermano que ve desvanecerse su futuro en plena juventud y al que le arde la sangre en las venas, viví el miedo del mejor amigo por perder al único que le acepta como es en su entorno... Y sobre todo, entiendes el cacao que vive en la cabeza Elliot hasta que se deja de excusas y justificaciones y encuentra su sitio y las fuerzas para luchar por su sueño a pesar de los estereotipos y prejuicios que le perseguirán tras tomar las decisiones más importantes de su vida.
La narración te lleva a situaciones tan emotivas como cotidianas en una familia destrozada por la pérdida de la madre, que los mantenía a todos unidos, y por las circunstancias económicas y sociales que les ha tocado vivir. Mineros y sus familias viviendo en condiciones miserables tras convocar una huelga cuya causa está perdida desde el principio.
Se recomienda para niños mayores de 10 años y yo diría que es perfecto para niños, jóvenes y adultos porque es un libro que te llega al corazón. Como bien dice Daniel, tiene mucha letra y pocas ilustraciones, pero es muy ameno, con un vocabulario accesible para los peques y se lee sin dificultad. A mí, en particular, me ha gustado muchísimo.
Es una de mis películas preferidas... y siempre lloro a moco tendido al final!
ResponderEliminarSi consigo que Peque lea algo con tanta letra lo tendré en cuenta para más adelante. ;)
Muas!
La historia es preciosa y está muy bien construida, pero para las edades de nuestros peques aún lo veo de complicada lectura. Daniel lo ha cogido algunas veces, pero se lee una página y lo suelta jajaja Me mira con ojitos de cordero degollado para que se lo lea yo y fijo que lo hago. Soy débil ;)
EliminarLa peli me gusto mucho, así que imagino que el libro debe ser genial
ResponderEliminarMe gustó mucho poder leer lo que piensan los protagonistas de primera mano :D
EliminarComprendes mucho mejor sus decisiones.
Por aquí otra fan de la peli... estoy deseando ir a ver el musical. A ver si convenzo al churri. Besotes!!!
ResponderEliminarTe va a encantar!!!
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