Un grito espeluznante cruza la casa de punta a punta. "Mamáaaaa". Con la nuca erizada suelto inmediatamente lo que tengo en mis manos y corro rauda y veloz en ayuda de mi peque. Ay diosss, ¿se habrá caído, se le habrá caído un mueble encima, se ha bebido la lejía, el gato se ha cansado de que le dé la tabarra y le ha sacado los ojos...? Todas esas escenas pasan por mi mente en cuestión de segundos. Pero no, el benjamín está tranquilamente sentado. Muy entretenido con sus muñecos de acción. Ni siquiera levanta la vista cuando me asomo por el salón.
Ojoplática y patidifusa le pregunto el por qué de semejante bramido. "Tengo sed" me suelta tan pancho". "Ajá", le contesto más seca de lo necesario "Y a mí que me cuentas". Esta vez sí logro que levante la vista. "¡Pues que me traigas agua!", exclama como si fuera lo más obvio del mundo. "Pero, pero, pero... ¡Vé tú a por ella!" me exaspero un poquitín. Se queda pensativo unos segundo y añade: "Ah sí, por favor, que así suena mejor". Me quedo sin palabras atónita ante su sinvergonzonería cuando me asalta su hermano mayor.
"Mamá, tenemos que hablar", comienza. He de confesar que me dejó intrigada. "Esto del cumpleaños no avanza adecuadamente. A ver. ¿Qué es lo que has hecho últimamente?" Vale. Esto no me lo esperaba. ¿Es mi hijo o mi jefe?. ¡Alucino! Y lo peor es que me pilló con la guardia baja y empecé a enumerar mis progresos antes de darme cuenta de que estaba haciendo el canelo. "¡Pero bueno! ¿Y qué has hecho tú? ¡¡¡Pero que morroooooo!!!" El primogénito respira profundamente, ladea la cabeza en un gesto que suele significar "Ya empezamos..." que juraría que le ha copiado a su padre y me pide calma con su voz más dulce. "Tranquila mamá. Si lo que querías es ayuda sólo tenías que pedirla. Te veo muy estresada. A ver. ¿Qué quieres que haga?".
"¡Mamáaaa! ¡¡¡¡Aguaaaaa!!!" vuelve a berrear el otro al ver que me había olvidado de él. "¡¡¡¡¡QUE TE LEVANTES Y LA COJAS TÚUUUUU!!!" Bramo con voz de ultratumba. El pequeñajo se levanta por fin gruñendo y rezongando. Estampando puñitos y pataditas a las paredes y puertas en cuanto tiene ocasión en su camino a la cocina. Estoy a punto de cogerle por las orejas cuando el mayor vuelve a la carga. "Bueno, ¿qué querías que hiciera?". Ni corta ni perezosa le puse un gran papel en blanco en sus narices y le conminé a dibujar lo que quisiera sobre la temática cumpleañera. Más feliz que una perdiz se puso a la tarea. "Yo también quieroooo" aulló su hermano que ya había vuelto de su difícil y agotadora empresa (grrrrr). Así que también le di papel a él.
Por fin un poco de paz para limpiar mi casita cual ratita presumida: barre, friega, ordena, tiende...
Al rato pasé por la habitación del pequeño. Estaba en el suelo en medio de una batalla épica entre Invizimals y Legos Superhéroes. El papel permanecía tan blanco como se lo había dejado. Bueno, casi, porque lucía alguna mancha de porquería. "Iván, ¿qué ha pasado? ¿No has dibujado nada?" le pregunté sorprendida. "No me apetece. Gracias", me contestó y siguió a lo suyo.
Llego a la habitación del mayor y veo que ha dibujado unas cosas rarísimas. "¿Pero qué es esoooo?", le señalo. "Monstruos guerreros. ¿Te gustan?", me explica muy orgulloso. "Sí, claro. Pero ¿qué tiene que ver con al temática del cumpleaños?". El peque me miró como si no entendiera mis palabras. "Nada" me dijo al fin. "Pero... ¿Entonces lo colgamos en el salon aunque no tenga nada que ver?" insistí. "Noooooo. ¿Qué dices mamá? ¡Que tontería! Por cierto, hablando de eso. ¿Que has hecho del cumpleaños durante todo este tiempo? Es que lo veo muy parado"
"¡¡¡GRUAAAAAARL GROOOARG GRUMF GRONF!!
"Buaaaaaa. Yo no he hecho nadaaaaaaa"
"Buaaaaaaa. Yo tampoco"
¡Confirmado! ¡¡¡q mal acostumbrados están!!! me suena a lo q me pasó este verano, fiesta de disfraces en la urbanización de la primita, los disfraces del mayor se le han quedado pequeños, hay q buscar opciones... le pregunta su tío q de q se va a disfrazar, respuesta de mi hijo: de algo que se le ocurra a mamá, ... ¿cómo lo ves?
ResponderEliminarJajajaja está claro que confía muchíiiisimo en tu criterio jajaja Y que no le apetece molestarse, como a los míos ainsss
EliminarSi los dejamos se apoderan, yo hace tiempo que no le paso ni una, en ese sentido.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo. Estos pequeños manipuladores se aprovechan de que soy una alma cándida ainss
EliminarEso sí, con muy mal genio gruaaaarl
Te tienen cogido el punto, reconócelo. Besotes!!!
ResponderEliminarEso es indiscutible jajaja
Eliminarjajaj.. cuanta paciencia tiene que tener una madre a veces!! Pobrecita!
ResponderEliminarAnimo, en algun momento creceran...
beso
Y Tanto!!! Ahora intento llevar mano de hierro, pero estos saben por dónde pillarme ainss
EliminarUfff, lo del agua me suena tantoooooooo!!!! Esta tiranía se está acabando pero ya!
ResponderEliminarEs un clásico.
EliminarYo también quiero que se acabe esta tiranía, pero no es fácil buaaaaaaaa
no sabes como me alegra leer blogs y hablar con otras madres y padres de niños de edad de los míos, porque así me doy cuenta de que mis hijos son totalmente normales y hacen las mismas cosas que el resto de niños JAJAJA.
ResponderEliminarYo también les digo que se busquen la vida, y les voy dando cada vez más obligaciones, pero, lo que cuesta, buff, el 99% de las veces tardaría menos haciéndolo yo que discutiendo con ellos.
Pues claro que son normales jajaja
EliminarCon sus días buenos, sus días malos y sus días malísimos... como nosotras. Aaaay nuestros días malísimos...
Tú método me encanta. Yo también lo intento, pero ¡madre mía! Que lucha. Estoy pensando escribir un libro. Lo titularé mein kinder kampf jajaja