martes, 13 de marzo de 2018

Teatro en inglés: The World’s Worst Witch

Carita de "Sálvame" ainsss
El domingo amaneció gris y con amenaza de lluvia así que les propuse a los peques un plan divertido a la par que educativo. Me había llegado información de que en el Centro Comercial La Vaguada se iba a interpretar una obra en inglés organizada por Kids and Us, The World’s Worst Witch, y me pareció de lo más apetecible para llevar a mi churumbeles. No es la primera vez que asistimos a una representación a cargo de la famosa academia de inglés y mis fieras siempre se lo han pasado bien. Son muy amenas y participativas.

Carita de "Yo a lo mío"
Así que allí me planté con mis dos churumbeles. Ambos se sentaron muy a gusto ni muy cerca ni muy lejos del escenario, pero el lugar se comenzó a llenar, y llenar y llenar… Y no sólo de niños. Peques y papás se mataban por los primeros puestos. Mis hijos asistían aparentemente impertérritos a tal acontecimiento mientras iban siendo estrujados poco a poco.

Cuando parecía que ya no iba a caber ni un alfiler en un público que ni la línea 1 en hora punta… Pues sí, sí que cabían, y seguían entrando personas en el minúsculo lugar. En el moento en el que iba a empezar la cosa Daniel decidió que las aglomeraciones no iban con él e intentó abandonar su plaza sin mucho éxito. Le rogué encarecidamente que volviera a sentarse antes de que alguien aprovechara para invadir sus escasos centímetros ocupados. A esas alturas la huida era imposible.

La obra comenzó y las pobres brujitas tuvieron que desgañitarse para hacerse oír ante tanto barullo. Mientras en el escenario se cantaba, bailaba, se hacían juegos y mucha magia divertida, en la cuarta pared, los peques se peleaban por estirar sus doloridas piernas a base de patadas, se debatían a empujones los escasos centímetros colindantes, se desgañitaban en gritar a los que de repente decidía levantarse para estirarse sin acordarse de ese sabio dicho que dice que “la carne de burro no es invisible”... Algunos hasta debían pensar que así estaban mejor y se mantenían en pie hasta que algún crío enfadado tiraba de ellos hacia el suelo de nuevo.

Soy testigo de la batalla que se peleó en los asientos para lograr disfrutar de la historia de la pobre aprendiz que no lograba convertirse en bruja ni con ayuda de su temible hermana. Iván siguió los juegos durante un buen rato antes de rendirse a la implacable realidad: no había espacio, ni silencio, ni ambiente adecuado para ver una obra de teatro en el idioma anglosajón, ni en ningún otro idioma. Pero si encima la cosa se cuenta en inglés ya requiere un esfuerzo por parte de los peques que no están nada dispuestos a hacer si se les dificulta la cosa a tales extremos.

Carita de "Cómo salgo yo de aquí"
Eso lo tenía bien claro el mayor desde su primer intento de huida. Desde el minuto cero se encerró en sus pensamientos y desconectó de todo y de todos, esperando pacientemente que finalizara su tortura.

Yo lo veía todo desde un lateral sin poder hacer nada para poner remedio. La salida estaba totalmente colapsada y los padres estaban demasiado lejos de los puntos de disputas, levantamientos espontáneos, roces, codazos o niños ya aburridos que la estaban liando porque no se enteraban ni del NO-DO. O eso, o se habían los suecos, que también puede ser.

Y las actrices seguían el devenir de la historia sin amilanarse ante semejante panorama. Unas cracks. Sólo me dio pena una pobre organizadora que se las veía y se las deseaba para echar a un invasor reincidente del escenario cada dos minutos. Hay que ver cómo la vacilaba el crío.

Cuando terminó el espectáculo temí por una avalancha humana, pero los organizadores fueron listos y retiraron el acordonamiento para que cada uno saliera por donde le diera la gana. Con un atisbo de esperanza, que es lo último que se pierde, les pregunté a mis peques cómo se lo habían pasado. Ambos me miraron con cara de “¿Me estás tomando el pelo?” y exclamaron casi a la vez “¡¡¡Fatal!!!”. El mayor aseguraba que había tirado la toalla desde el principio en intentar entender la obra y el pequeño se quejaba de la mala educación del público en general. “En realidad, mamá, los únicos niños que nos hemos portado bien hemos sido nosotros y dos o tres más”, aseguró muy serio. Y caí en la cuenta de que tenía razón. Ninguno de los dos se había movido, ni quejado, ni gritado, ni peleado, ni empujado… Estoy tan poco acostumbrada a ese comportamiento en ellos que no había caído en la cuenta.

Una sonrisa de lo más tonta apareció en mi cara. Seguro que mis peques debieron pensar que su mami estaba un poco loca. Y si alguien más reparó en ella no le encontrarían la menor explicación. Pero con que yo la disfrute me vale y me sobra. Que habían más niños portándose bien que los que ellos aseguraban, pero ¡oye! ¡que uno de ellos eran mis hijos!

De camino a casa les fui explicando de cómo una aprendiz se dio cuenta de que nunca llegaría a ser una bruja terrorífica, pero sí una excelente repostera… O eso entendí yo.

10 comentarios:

  1. Sé que es una opinión poco correcta pero creo que la cultura no debe de ser gratis, SI asequible. Y en mi caso siendo 3 niños el gasto es aún mayor pero hay un punto en el que ya no valoramos lo que hacemos si no nos pica el bolsillo. Creo que siempre tiene que haber un precio,simbólico o asequible para que todas las familias podamos acudir pero ayudaría a que nosotros los padres y ellos como principales espectadores valoráramos más el trabajo, nosotros somos de pagar cuando vemos un espectáculo callejero y nos quedamos un rato, al final es como si estuvieras en el teatro.
    Ojo!! Insisto, precios asequibles. De la misma manera que creo que siempre hay que pagar algo también me quejo de los precios abusivos de algunos espectáculos infantiles a los que no podemos ir porque para nosotros supone un gasto extraordinario.
    Gracias por tu experiencia!!!

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    1. Totalmente de acuerdo. Eso mismo decían Raúl y Daniel, que preferían pagar para disfrutar, pero que no querían pagar mucho jajaja

      Pero también creo que la gente no debería conducirse con mala educación en ninguna situación :_(

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  2. Vamos, que al final no os enterasteis de nada. Jajajaja. Lo malo es que este tipo de cosas no las hacen sólo los niños. No hay más que darse una vuelta por las rebajas para comprobarlo. Besotes!!!

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    1. Pues no mucho jajaja
      Cierto que nos volvemos un poco salvajes con estas cositas ;)

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  3. El plan era bueno. Pero claro, gratis y mal tiempo..... mucha gente era de suponer.
    Yo tpc me hubiese enterado de mucho. cogí siendo estudiante manía a ingles y la verdad.. lo llevo fatal aunque de algo me entero jejeje y me defiendo un pelín.
    Tus chicos fenómeno, se portaron bien y pasaron un raro aunque hubiesen preferido estar solos y enterarse y seguir la obra. al final pasasteis un rato y queda de anécdota :D

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    1. Pues sí, pero si lo sé no voy jajajaja
      Es verdad que tenía que haber supuesto la avalancha ainsss

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  4. Ay Dácil ¡que se te están civilizando! ¡Algún día este momento llegaría!
    Por lo que cuentas, menudo agobio...
    Besos

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    1. Me encantaría poder decirte que se han civilizado pero me temo que ha sido un capítulo aislado jajaja
      Me parece que Daniel ya estaba incubando algo e Iván estaba cansadito. Pero oye, que se portaron bien ese día no me lo quita nadie :D

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  5. Me encanta cómo lo cuentas !!! Me parto contigo !!

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    1. Si no te lo tomas con humor a ver que haces, pero es una pena que una mala organización estropee una plan tan chulo. HUbiera preferido quedarme fuera!

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Me encanta saber lo que piensas.