martes, 14 de octubre de 2014

La Feria: diversión desenfrenada, terror y un poco de lluvia

A pesar de que el tiempo no presagiaba nada bueno, no nos quedó más remedio que enfundar a los niños en sus botas de agua y chubasqueros para lanzarnos a la calle.

Llevaban toda la semana esperando ese momento: ¡Por fin íbamos a la feria!

Ya habían oído maravillas de boca de sus compañeros y las expectativas infantiles estaban muy altas. Las atracciones no les decepcionaron en absoluto, aunque casi les da algo cuando vieron que la mitad estaban cerradas porque aún era temprano. Primero les llevamos al típico de los vehículos en fila que dan vueltas y que siempre les llama la atención. Luego les dejamos elegir. Entre las disponibles no se les ocurrió otra cosa que empeñarse en subir en  el tren del terror. Como no les iba a dejar entrar solos ni loca, pero en sus ojillos vi tal ilusión que me dio pena negarles el capricho, me senté entre los dos, los abracé muy fuerte y les aconsejé que cerraran los ojos si les daba miedo. "Todo lo que hay dentro es de mentira y con mamá no os puede pasar nada" les tranquilicé. Cuando entramos y vi el percal pensé que no lo resistirían porque consistía en ruidos muy fuertes, apariciones por sorpresa, efectos sensoriales como viento o cosquillitas en los pies, etc. Pero los peques estaban muy quietos y no decían ni mu. Al salir, Daniel me confesó que cerró los ojos todo el tiempo, pero Iván no se perdió detalle y me riñó por ir saludando a los monstruos como si tal cosa para quitar hierro al asunto.

Para relajar ánimos les llevamos, casi a rastras al parque, donde estaban organizando juegos infantiles. Los peques no querían abandonar el ruido y el bullicio de las atracciones, pero en cuanto vieron la misma pelota saltarina que les enamoró esa mañana en la fiesta Hero Baby tour, se lanzaron a por ella. Los dos hicieron un circuitos muy gracioso que incluía la pelota, zancos, anillas, rayuela... y se lo pasaron genial.

Cuando terminaron volvimos a las atracciones. Iván estaba empeñado en subirse al mítico tren de la bruja porque un amiguito suyo no había parado de hablar de él en clase. Daniel ya había tenido su ración de miedo y declinó la oferta de acompañarnos. La atracción consistía en un señor disfrazado, mas que de bruja de payaso, que se escondía por un pequeño tunel del terror (Nada que ver con el anterior) y al aire libre para darte escobazos mientras el tren daba vueltas y más vueltas a velocidad de vértigo. Con lo valiente que fue el pequeñajo en el tunel del terror, en este tren casi le da algo de puro miedo. Cada vez que aparecía el payaso daba un brinco y se escondía como podía casi temblando. Le tuve que tapar los ojos para que no se bajare en marcha. Mientras tanto, papá y Daniel se mondaban de la risa entre los espectadores.

La siguiente parada fue la casa de las trampas, como la llama Daniel. Al mayor le encanta y año tras años nos suplica entrar. En esta ocasión le tocó al padre acompañarlos, pero. nada más empezar, Iván se hizo pis encima, le entró un ataque histérico y clamó por mis bracitos. Así que perdimos la entrada y Raúl me lo pasó por encima de la valla de seguridad para que lo cambiara y consolara.

Cuando se tranquilizó quiso entrar conmigo a la casa, pero le dije que ya era demasiado tarde. No tenía de qué preocuparse porque cuando salió su hermano, totalmente emocionado con la experiencia, nos montamos los cuatro en la Noria para disfrutar de las vistas desde lo alto. Con lo que no contábamos era con la velocidad un poquito exagerada a la que iba y en el minuto cero nos mareamos todos, menos Daniel, que no tenía suficientes ojos para abarcar todo. Yo abracé a Iván y pareció que se le pasaba y disfrutaba de las vueltas. ¡Menos mal!

Al bajarnos, propusimos a los peques hacer realidad su deseo por haber terminado sus paneles de motivación: ir a merendar al McDonalds. Ni que decir tiene que casi gritaron el sí. Les dio mucha pena dejar la feria, pero tampoco estaba nada mal su nuevo destino.

Llegamos al restaurante de comida rápida y se fueron directos a la enorme caja llena de túneles que tienen para que los niños jueguen. Les dejamos divertirse un buen rato, antes de buscar una mesa y empezar, más que a merendar, a cenar. Personalmente, la comida de este tipo de sitios no me gusta y además, debe ser algo psicológico, pero me sienta fatal. En cambio, los peques disfrutaron con su menú infantil y se divirtieron de lo lindo con el regalito que traía. Un monstruito muy redondito u graciosísimo, que se supone que es una especia de tupper para manzanas y al que le abrían la boca sin parar para meterle nuggets, patatas, el postre lácteo... Cuando llegamos a casa fue directo al lavavajillas para quitarle toda esa grasa. Y los niños directos a la cama, tras tomar su leche con cacao. Cayeron en cuanto sus cabezas tocaron las almohadas.

He de confesar que yo también estaba agotada después un día tan repleto de planes. ¡Y al día siguiente aún nos quedaba la celebración en familia del más pequeño de la casa!

6 comentarios:

  1. ¡Lo pasásteis en grande!
    Yo, con Pin, todavía no tengo experiencias en atracciones, es muy peque. Pero recuerdo que de pequeña tenía una extraña relación amor odio con el tren de la bruja. Me daba muchísimo miedo, lloraba y gritaba, pero siempre repetía. Mi madre flipaba, jejeje
    Un beso!

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    1. Yo vivían en Las Palmas y no recuerdo estas ferias. Sólo recuerdo vagamente que cuando íbamos a veranear a la costa blanca alguna vez fuimos a una, pero en general mis padres las odiaban y no las pisábamos, así que lo del tren de la bruja lo estoy conociendo ahora jajaja Nunca es tarde ;)

      Los niños son complicados y se debaten entre sus deseos y sus miedos. A mí me resulta muy difícil entenderlos. Supongo que tu madre es de las mías jajaja

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  2. Qué divertido!!! Me encantan los parques de atracciones, ferias y demás... Soy más niña que ellos. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. En serio??? Te encantan? Para mí son un puro infierno de luces destelleantes, música a todo volumen y marabunta de gente.

      Me hago mayor jajaja

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  3. me declaro an absoluta de las ferias!!!!!!! me ecanta montarme con mi bichito en todo, en todo lo que pueda y que ami no me de miedo jajaja

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    1. En serio!!!! Que valiente. Yo acabo con la cabeza como un bombo jajaja

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