La botella espía

Este juego lo vi primero en el blog de Elenarte y después de Pensamiento Divergente. En el primero nos presentaban la actividad con arroz blanco y en el segundo con arroz teñido de colores varios. Al final me decanté por la segunda idea para dar más usos al arroz que usaron mis peques para hacer su "jardín zen" en la habitación de los juguetes. Además, pensé que sería más difícil encontrar las cosas entre tanto colorín. Usé botellas de agua pequeñas, porque no tengo grandes. Somos muy de beber del grifo y muy poco de refrescos, así que en mi casa son muy difíciles de conseguir.

Puse los muñequitos elegidos en un folio para hacerles una foto. Rellené las botellas con el arroz y los minijuguetes por capas para que se repartieran bien e imprimí dos copias de la foto, una para cada niño. La idea era que cuando uno hubiera encontrado los siete muñecos de una botella se la intercambiaran para seguir buscando el resto.

Hay que tener cuidado con lo que eliges para meter en la botella. Después de hacer la foto me di cuenta que una de las figuras no cabía por mucho que me empeñara y tuve que borrarla de la foto in extremis.

A los niños les encantó el juego. Buscaban y rodeaban sus hallazgos en el papel con gritos de triunfo. Creo que Iván le llamó más la atención el juego. Casi no podía estarse quieto en la silla y daba saltos cada vez que encontraba algo.

Cuando terminaron su labor de detectives, el más pequeño se empeñó en abrir las botellas y sacar su contenido, así que le puse un enorme tupper delante, cacharritos y el arroz coloreado que me había sobrado y allí estuvo un buen rato jugando tan feliz.