Mi hijo mayor siempre me lía. Una de esas tardes que les digo : "¡Ale! jugad con vuestros juguetes que os echan mucho de menos" y me pongo yo a mis tareas, resulta que Daniel viene a rondarme con la idea de que quiere una ruleta de premios. "Con una flecha, mami, y premios como oro, diamantes, coronas... Yo quiero una mami. ¿Podemos hacer una?" Al menos podíamos intentarlo.
Le saqué un plato de plástico, pero como llevaba decoración le pedí que pintara los premios por el reverso que igual daría. Cuando lo tuvo terminado recortamos una flecha en cartulina del color que él mismo eligió. La fijé con unos cachivaches de oficina que compré en el todo a cien y sirven para introducir en los agujeritos que hacemos en los folios con la taladradora y que permanezcan juntos. Dar vueltas, lo que se dice dar vueltas... no daba. Había que hacerle el recorrido con la mano, pero lo solucionamos cerrando los ojos y girando la ruleta a lo loco.
El más pequeño se dejó caer por la mesa para ver que hacíamos y enseguida me pidió otra para él. En unos minutos tuvo lista la suya. Mientras tanto el mayor se puso a jugar con los cachivaques de oficina y unos imanes que tengo guardados en la misma cajita. Viéndole construir con esos elementos se me encendió una bombillita. "Ay chicos. ¡Lo que se me ha ocurrido!" salté de repente. "Una idea genial", siempre les digo lo mismo.
Los peques me miraron muy sonrientes y a la espectativa. En un minuto había dibujad en un folio un cutre laberinto y les estaba explicando el juego: "Por un lado ponemos un cachivache, por el otro un imán y otro cachivache para que sea más fácil moverlo y avanzamos por el laberinto buscando la salida. ¡Les encantó! Iván quiso que le hiciera otro laberinto a él enseguida.
Curiosamente, Daniel decidió que el suyo era demasiado fácil y se dedicó a poner monstruos en cada rincón para esquivarlos con su cachivache. Por el contrario, al más pequeño le estaba costando mucho no darse contra las "paredes" de su recorrido y acabó llorando desconsolado. "Tranquilo cariño, que te lo arreglo enseguida". Le dibujé otro con los pasillos muuuuucho más anchos y el chiquillo fue feliz de nuevo.
Cada vez que encontraban la salida, hacían "girar" la ruleta para ver que premio habían encontrado. A lo tonto a lo tonto, construimos un juego muy divertido.
Yo no tengo tanta imaginación. Si tuviera hijos, se aburrirían enseguida de la sosa de su madre. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarYo no tenía tanta imaginación antes de tener hijos. Debe de activarse una neurona escondida o algo así jajaja
EliminarApañada y muy apañada que es una.
ResponderEliminarBesitos
Hacemos lo que podemos con lo que tenemos jajaja
EliminarDesde luego es que eres una genia!!!
ResponderEliminarQue va, que va. Es que el mayor me pica jajaja
Eliminarsi es que mami tiene ideas para dar y regalar!!!
ResponderEliminarEn este caso el mérito es de Daniel. Mi idea en un principio era recoger la casa mientras ellos jugaban con sus juguetes solitos. Una que es así de ingenua...
EliminarPorque para ellos mamá es Superman(súper mamá) y tenemos solución para todo. De esa manera suelen salir cosas muy interesantes ,también suele pasarme que haciendo un experimento sale algo referente a otro .
ResponderEliminarTenemos un juego de mesa que tiene una ruleta muy chula y le das vuelta . Es de Bob esponja y todo los personajes ,y tienes que ir caminando por un circuito según el número de pasos que te salga en la ruleta , donde te va tocando hacer cosas como tener un trabajo, comprar una casa y tener y cuidar una mascota . Es a partir de 7 años ,se llama LIFE,el juego de la vida de MB Milton Bradley , solo que lo compré en otro país .
He buscado el juego y por lo visto es muy famoso en Estados Unidos y tiene varias versiones, no sólo la de Bob Esponja. Tiene muy buena pinta. A ver si lo encuentro en España. Nosotros también tenemos un juego que incluye ruleta. Se llama la Mansión Encantada y a estos, desde luego, les ha encantado. Es bastante simple: unos niños entran en un castillo encantado lleno de trampas que se activan cuando a uno de los jugadores le sale una calavera en la ruleta. Tira una calaverita de plástico por una trampila que está en lo alto de la torre y que cae aleatoriamenet por un hueco u otro y activa una u otra trampa. Si pilla un jugador, este "se asusta" y pierde turnos hasta que saque los pasos en la ruleta. Pero es que Daniel la quería personalizada jajaja
EliminarComo mola, esto se lo tengo que hacer a la bichito, es súper divertido!!! eres un genio jajjaja
ResponderEliminarSeguro que se lo pasa en grande. Los imanes les suelen llamar muchísimo la atención jajaja
EliminarY de genia nada. Favor que me haces, pero esa idea creo que la usan muchos juegos. Seguro que me vino a la mente por algo que vi y ahora no recuerdo :D