El domingo nos pasamos por La Vaguada para asistir a una clase multitudinaria de cocina para niños. Habían montado un chiringuito muy chulo para que los peques se lo pasaran bomba creando tartas, galletas y tartaletas gracias a Tescoma y Bricolaje Soriano.
Nosotros nos apuntamos sólo al taller de tartas, por probar y luego me arrepentí de no haberles apuntado a más porque les encantó y ya no quedaba ni una plaza. Enseñamos nuestra entrada y me dejaron pasar con los peques porque Iván se negaba a dar un paso si no era con su mamá.
Me quedé muy cerca de ellos para vigilar que no se comían su base de bizcocho. ¡Capaces son! Muy pronto los dos profes chef empezaron a animar el cotarro. La verdad es que eran muy divertidos y los peques se lo estaban pasando en grande.
Cada uno hizo una minitarta y, al terminar, pidieron, la votación del público. Los gritos exacerbados de Mari pili se mezclaban con los enfervorecidos de Valentín. Y a mí no me quedó claro quien ganó al final, pero el caso es que a los míos les dije que Valentín porque se estaban dejando las cuerdas vocales en la votación por él y así se pusieron de lo más contentos.
Durante el taller tenían que cortar una base de bizcocho en tres trozos redondos de diferentes tamaños y montar tres pisos a base de nata, chocolate y frutos del bosque como arándanos y moras.
Se lo pasaron genial cortando y pringando alegremente. Yo les ayudaba en lo que podía. Lo malo es que tenían de todo: cortadores, bases, ingredientes deliciosos, gorro, delantal... Pero ¡no habían servilletas! Así que yo hacía lo que podía con dos míseros clinex y dos peques hasta las cejas de nata.
Los profesores corrían por los pasillos ayudando a los peques, gastando bromas, echándoles nata directamente a la boca... ¡un despiporre! ¡Ah! y sacándose fotos con un palo Selfie como si no hubiera mañana.
Les quedaron unas tartas de lo más tambaleantes, pero había que ver sus caras de orgullo. Llevaban la caja que nos facilitaron para portarlas como si fueran el mayor tesoro. Ese día el postre fueron sus tartas y, la verdad, es que estaban buenísimas.
Nos ha encantado el taller y esperamos que lo repitan pronto porque es una actividad genial para hacer en familia.
¡Qué plan tan guay! ^_^ ¿sabes desde que edad se pueden apuntar?
ResponderEliminarPueden ir de todas las edades. Si son muy peques dejan pasar a los padres, pero me temo que ya no hay entradas para los restantes porque ya intenté apuntarlos a otro taller y todos con listas de espera sniiif. Espero que lo repitan pronto.
EliminarVaya super plan! y q pinta esas tartas.... se me hace la boca agua ... :D
ResponderEliminarPues estaban buenas. Creo que voy a comprar la masa de bizcocho esa. Con nata, chocolate, frutas y mmmm
Eliminar:D compra tb servilletas jejej que parecen pringosillas :D
EliminarSíiii
EliminarMuchas servilletas jajajaja
Qué divertido y qué bueno :D
ResponderEliminarSí, divertidísimo, pero no veas como acabaron de nata jajaja
EliminarPues sí que tiene buena pinta!! Yo odio cocinar pero me encanta comer. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarA Daniel le encanta cocinar para comerse los ingredientes ainsss
EliminarOye pues se lo tuvieron que pasar genial,
ResponderEliminarEllos genial, pero no veas como dejaron la mesa!! Daniel no paraba de comerse lo ingredientes e Iván se limpiaba disimuladamente en la ropa cuando pensaba que no miraba jajaja
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