viernes, 6 de octubre de 2017

Billy Elliot, el musical

El miércoles fue un día extremadamente especial para toda la familia. Llevamos a los niños a cenar fuera y a ver un musical extraordinario: "Billy Elliot". ¡Toda una aventura! Y gracias a Literatura SM que nos regaló las entradas para el preestreno. Ahora me han entrado unas ganas locas de leer el libro.

Fuente: www.billyelliot.es
Raúl y yo dudábamos un poco sobre si la obra sería muy adecuada para sus edades, 6 y 8 años. De hecho, en la primera escena ya nos quedamos impresionados por la sarta de palabrotas que salían de las bocas de los actores, algo muy lógico si tenemos en cuenta que representan a un sector de clase baja. Mis niños las coreaban encantados y se partían de risa.


También nos daba miedo que el transfondo político y económico, que influye muy directamente en el guión, terminara por hacerles perder el interés, pero nada más lejos de la realidad. ¡Alucinaban con lo que estaba pasando en escena! Y nosotros también. Menudo despliegue.

El escenario parece tener vida propia con elementos extraordinarios que bajan, suben, se mueven de un lado a otro... Y los actores perfectamente acompasado con el ir y venir de los decorados y las diferentes escenas. Las transiciones entre unas y otras son realmente impresionantes. No quiero dar más detalles porque os estropearía las sorpresas.

Fuente: www.billyelliot.es
Los números musicales te ponen la piel de gallina directamente, tanto los corales como los solos, duetos... Unas voces maravillosas, unas coreografías de lujo... Como de lujo son los actores, especial mención a los niños que bordan sus papeles con una naturalidad pasmosa. Te metes en la historia. Sufres con ellos, te alegras de sus alegrías, lloras con sus tristezas... Nunca había vivido una obra teatral con tanta intensidad. Y lo mismo puedo decir de mis hijos sin temor a equivocarme.

A pesar de que dura tres horas con un descanso de 20 minutos entre los dos actos, mis hijos no se cansaron en ningún momento. Permanecían en sus butacas con los ojos clavados en el escenario. Iván flaqueó un poco al final en alguna escena con mucho diálogo, pero enseguida comenzaba otra escena espectacular y volvía engancharse.

Daniel no paraba de preguntarme sobre la huelga, los piquetes, los esquiroles, "¿Por qué les pega la policía?", "¿Quién es esa señora que quieren que muera (Margaret Thatcher)?", "Mamiii, explícame que pasa con la guerra de las minas"...  El primogénito me aseguró muy serio que de la historia del niño se había enterado de todo, pero que lo de la "guerra" no se había enterado de nada. Vamos, que me tocó  explicarle la crisis energética del carbón a la salida. Y las pasé canutas porque estoy bastante verde en el tema.

En definitiva, el musical es una maravilla y algo único. Muy recomendable como apuesta segura de ocio. Pero si lleváis a niños tened en cuenta factores como el lenguaje, la complejidad del transfondo de la historia y la duración del espectáculo.


4 comentarios:

  1. Me has puesto los dientes largos!!! Con lo que adoro yo esa historia y lo que me emociono con todo lo que tenga ver con el amor por la danza...
    Besotes!!

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  2. Cuanto tiempo guapa!! Te acuerdas de mi?? Soy desire de duerme feliz. Bueno, he ido haciendo parones en mi vida blogeril pero os sigo leyendo muchas veces. Un abrazo

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    1. Claro que me acuerdo!!! De lo último que te leí estabas trabajando de Doula. No? A veces la vida no te deja tiempo para todo. Te entiendo. Ojalá vuelvas a escribir. Mis hijos duermen mucho mejor, pero siguen despertándose al menos una vez a la noche. Nada que ver con el infierno de antes. Te acuerdas??
      Muchos besos guapísima

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