La tentación fue demasiado grande y uno de los días que pasamos en mi islita nos dimos el salto al cine de un centro comercial para disfrutar a tope de la nueva de Spiderman, que, no sé por qué, han traducido el título de una forma algo raruna. En inglés es Spiderman, Into the Spider-Verse. A mí me mola más eso del Spiderverso, pero ¡oye! Fijo que alguien que sabe mucho más que yo del tema ha llegado a la conclusión que un nuevo universo (¿Nuevo? si Miles Morales apareció en 2011 por primera vez, Spider Gwen en 2015, Spiderman- noir en 2009, Spider-.ham en 1983... No sigo ¿A qué se refieren con nuevo?). En fin, detalles, detalles.
El caso es que teníamos muchas ganas de verla y quedamos con mi hermano y mi sobrina Natalia, que cuando más seamos más divertido. En la puerta nos llevamos una sorpresa porque nos regalaron unos sobres muy chulos con tres cromos de la película. Anda que no se alegraron mis fieras. Hasta Natalia les cedió las suyas, menos la de Spider Gwen, que le había molado mucho.
La verdad es que la película es muy entretenida, la animación es impactante, los personajes molan... pero no profundizan mucho en ellos, ni siquiera en el del protagonista. El principio promete mucho planteando un problema de adaptación de Miles al que, de repente sacan de su entorno seguro y lo meten de lleno en otro en el que siente que no encaja. A esto se le suma la picadura de la araña radiactiva y unos cambios que es incapaz de controlar. Y que le asustan muchísimo. También presentan un problema de comunicación con el padre que hace que se distancie de él y se acerque a su poco recomendable tío, que está metido en negocios turbios, pero eso no quita que quiera y se preocupe por su sobrino.
Bueno, puesto esto se va por el desagüe en cuanto comienzan las escenas de acción. Se olvidan y ya está. Porque, claro, es mucho más importante salvar el mundo. Normal. A mí también se me olvidarían todos mis problemas personales si me dicen que mi universo va a ser absorbido, engullido, fagocitado y remezclado con un millón de realidades alternativas.
A mis hijos les encantó y no echaron en falta esa profundidad en el guión que se queda a medio camino, pero a los adultos sí que nos rechinó un poco. Al final se queda en una película entretenida sin más con efectos alucinantes.
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