jueves, 30 de abril de 2020

Mascarillas infantiles

Con la veda de los paseos familiares abierta, nos encontramos con otro problemilla cuarentenil: minimizar los riesgos.

Tenemos dos opciones: seguir encerrados en casa o prepararnos muy bien para salir (mascarilla, guantes y niños aleccionados).

La primera opción la descartamos rápido. Mis hijos no son tontos y si ven niños en la calle por la ventana me van a preguntar y van a querer sumarse a la fiesta del paseo.

La segunda se nos volvió complicada. Días antes de que dejaran salir a los niños, me recorrí unas cuantas farmacias y en ninguna pudieron abastecerme de mascarillas infantiles. Se ve que la medida les había pillado un poco por sorpresa.

Así que llegó el domingo y no había conseguido nada del equipo necesario. La abuela de los niños (más previsora que yo), me ofreció guantes y mascarillas, pero de adultos. Mejor eso que nada.

Allá que fueron los peques con el padre a recogerlos en plan película de espionaje (afortunadamente viven justo a un kilómetro de casa). Les pusimos las bragas cubriéndoles la boca y nariz a modo de mascarilla improvisada, ya que no teníamos otros medios más eficaces, pero sin mucha confianza en esta medida improvisada. Según me contaron la escena de la recogida transcurrió así:

Raúl: "Nos acercamos al objetivo. No toquéis nada. Yo iré de avanzadilla para abriros las puertas empujando con la manga de mi jersey. Ahora procederemos a llamar a la abuela para avisar que ya estamos aquí"
(Raúl saca el móvil del bolsillo. Daniel lo intercepta)
Daniel: "Yo quiero llamar a la abuela, yo"
Iván: "Yo también quiero, yo también"
(Raúl marca el número y les acerca el móvil a ambos)
Raúl: "Venga, los dos".
(Cuando la abuela conteste, los dos niños hablan a gritos a la vez)
Daniel: "¡¡Bajaaaa abuelaaaa!!"
Iván: "¡¡Ya estamos aquíiii!!"
(Raúl recupera el control del móvil).
Raúl: "Entramos en el portal en cinco minutos más o menos".
Abuela: "Vale, bajo a dejaros el paquete".
(Los tres intrépidos agentes entran en el portal. En uno de los sofás ven el paquete que tienen que recoger y en la esquina más alejada ven a la abuela bien protegida con doble capa de guantes y mascarilla homologada (o no) comprada en la farmacia).
Niños: "Abuelaaaa, holaaaaa".
Raúl. "¡Quietos paraos! ¿Pero mamá, qué haces aquí? Se suponía que nos dejabas el paquete y te ibas".
(La abuela ni se inmuta)
Abuela: "Ya, ya, pero quería veros, ¡qué pasa! Si estamos a la distancia reglamentaria. ¿Que tal niños?"
(Los niños ignoran la pregunta de la abuela porque han fijado su atención en el objetivo de la misión).
Daniel: "Yo lo cojooooo"
Iván: "No, yooooo"
(Los niños hacen un amago de echar a correr en clara competición para hacerse con el paquete (en realidad una bolsa), pero Raúl es más rápido y les agarra por el brazo en el último segundo).
Raúl: Eeeeh, ¿dónde váis? A ver, despacito y sin tocar nada más que la bolsa. Y sin acercaros a la abuela. Primero uno, viene, vuelve, lo deja de nuevo en el sofá del portal. Luego el otro, que lo coja y ya nos lo llevamos.
(Los niños se preparan para llevar a cabo la arriesgada misión con reparto equitativo y absurdo de tareas en pro de minimizar los conflictos fraternales mientras la abuela los despista sin querer con sus preguntas y comentarios. Se juegan mucho. Hay algunos momentos de tensión, sobre todo cuando Daniel tropieza y casi toca la mesita, pero al final lo logran y el paquete ya está en manos del espía jefe, digooo, Raúl).
Raúl: "Ale, misión cumplida. Corriendo a casita"
Niños: "Nooooooo"
Abuela: "Me subo corriendo para asomarme a la ventana y que me digáis adiós"
Raúl: "Si te vamos a decir adiós ahora y..."
(Mirada asesina de niños y abuela)
Raúl: "Vaaaaale"
(El comando mascarilla sale del portal, espera pacientemente que la abuela se asome a la ventana, agitan sus manos en señal de despedida y enfilan camino a casa para presentar el informe de la misión a la jefa de la agencia).

Como ya se lo habían comunicado a la jefa de la agencia, osea yo, la mascarillas eran para adultos. Los peques sólo han salido un par de veces más desde entonces. En esas ocasiones les he preparado mejor, pero hemos tenido problemas con la talla de las mascarillas. A Daniel, incluso se le cayó una al suelo, inutilizándola por completo. Supongo que muchos están en la misma situación que yo, así que cuando recibí el email de Mr Broc me pareció muy interesante y decidí hablar de él en esta entrada.

Esta empresa de regalos personalizados ha puesto a la venta simpáticas mascarillas infantiles solidarias. El 30% de los beneficios de las ventas se destinarán a la donación de las mismas a farmacias que abastecen a familias vulnerables. Además tienen otro objetivo solidario, también muy urgente, reactivar las pequeñas economías y garantizar empleos de los pequeños talleres artesanos que, con esta crisis, corren el riesgo de desaparecer.

Los dibujos infantiles con los que están decoradas las mascarillas consiguen que los niños se las pongan con mejor ánimo (algo así como lo que ocurre con las tiritas, que, para ellos, son más eficaces si tienen fotos de gatitos que si son aburridamente marroncitas). No están homologadas, ni sirven como EPIS, pero sí que siguen las recomendaciones del Ministerio de Sanidad en cuanto a la confección de mascarillas higiénicas para servir como barrera de protección y disminuir el riesgo de contagio. Algo muy importante teniendo en cuenta que los niños son uno de los principales riesgos de contagio. Además, se pueden usar muchas veces porque son lavables. Doy fe, que esto es lo más cómodo en esta situación, nosotros tenemos una mascarilla decorada con motivos de Los Vengadores que compramos como souvenir este verano en Pekín, pensando en que se iba a morir de asco en un cajón, y no veáis el uso que le estoy dando.

Independientemente a esta iniciativa, la empresa ha puesto en marcha un crowdfunding orientado a la labor de abastecer de mascarillas infantiles a familias necesitadas en el que se recaudan donaciones que se invertirán en cubrir los costes de confección de las mascarillas en talleres locales, mientras que Mr Broc cubrirá los gastos del resto de los costes (tejidos, impresión, sublimación, distribución... ).

9 comentarios:

  1. Una estupenda iniciativa. Un beso

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  2. Una buena iniciativa!!
    Además q sean lavables me parece genial.
    tomo nota para recomendar.
    Gracias y espero disfrutéis de los paseos

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    1. Lo de que sean lavables son un puntazo. Nosotros estamos encantados con la que nos trajimos de china.

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    1. Eso pienso yo también. Por una lado, cubren una necesidad y por otro, ayudan :)

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  4. la verdad es que yo lo de la mascarilla, para salir a pasear, no lo veo (otra cosa es entrar en el transporte público o algún comercio donde pueda hacer demasiada proximidad con el resto de la gente), así que nosotros estamos saliendo felices de la vida, con la consigna de no tocarnos la cara, ni los ojos, durante el tiempo que dura el paseo, y no tocar nada que no haya salido con nosotros de casa (móviles y botellas de agua, principalmente). A la abuela, que también vive cerca, le pedimos que se asome a la ventana, y hacemos un Romeo y Julieta en toda regla :)

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    1. Jajajaja me encanta lo del Romeo y Julieta. La verdad es que no tengo ni idea de qué es mejor o peor, pero yo creo que con todas esas precauciones vais bien. Nosotros sí que salimos con mascarillas, pero porque me da miedo que tengamos el virus y ni nos hayamos dado cuenta y que lo estemos esparciendo con cada estornudo. Yo que sé!!!

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  5. Buscaré la empresa, aunque nosotros se las hemos encargado a una amiga que se que andan con Ertes y 2 Niños pequeños y les irá bien. A ver si la gente se conciencia de las mascarillas. Porque como dices son sobre todo para no Contagiar si lo tienes... es decir, tienen sentido si todos los usan. Llevo varios días que la mitad de gente la veo sin mascarillas. Hoy he visto que se han vuelto a llenar las urgencias de mi hospital 😓 ojalá la gente se diera cuenta de lo importante que es, si no por ellos si por sus padres, abuelos, tíos...

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