lunes, 20 de julio de 2020

Las piscinas municipales en la nueva realidad

Este año pensábamos que no íbamos a catar una piscina ni de lejos, pero, hete aquí, que nos armamos de valor y pedimos cita para una de las jornadas de la piscina municipal más cercana.

Nos metimos en la página de venta de entradas, que se podría mejorar bastante, y adquirimos cuatro entradas para la mañana, franja horaria en la que creímos que habría menos gente. Por la mañana abren de 10 a 14.30 y por la tarde de 16 a 21.00. Al medio día limpian y desinfectan las instalaciones para el siguiente turno. En grande pone que metas tu usuario y contraseña, pero puedes optar por acceder como invitado y sin necesidad de esos datos.

El caso es que a las 10 éramos bastante pocos y se estaba de lujo, pero a eso de las 12 ya éramos demasiados. Lo de la distancia de seguridad no se cumplía ni aún queriendo, que algunos querían y otros no. Las mascarillas también son otro punto para comentar extensamente. Había quien pensaba que ya sólo por cruzar la puerta del recinto se podía sentir libre de llevarla e ignoraba los carteles que rezaban que el uso en vestuarios, baños y dentro del bar eran obligatorias. Luego en el solarium, alrededores de la piscinas y mesitas al aire libre allá cada cual con su forma de actuar.

Los niños se lo pasaron en grande y se pegaron un buen rato al remojo. No nos íbamos porque nos daban penilla, pero a las 13, que la guerra por el borde la piscina ya llevaba un buen rato desarrollándose, decidimos que ya era hora de escapar al hogar.

No quiero ni pensar como estarían los del turno de tarde. De todas formas, fuimos en fin de semana. Es de suponer que entre semana por la mañana esté bastante despejado y sea un entorno mucho más seguro. Eso sí, estaba más limpia que nunca.


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Nosotros no creo que volvamos, pero porque no nos cuadra bien. Si pudiéramos ir entre semana por la mañana...

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