Le pedí ayuda al padre porque es una crack explicando reglas, no como yo que me explico como un libro cerrado.
Al final fue Raúl el que proclamó líder absoluto de ambas actividades. Yo intenté meter baza, pero ante su entusiasmo por dirigir los juegos no tuve oportunidad y me resigné a simplemente jugar. Que no fue ningún sacrificio por mi parte. Mas bien al contrario. A pesar de que me anime a dirigir de vez en cuando disfruto mucho más como simple jugadora.
Juntamos ambas actividades en la misma noche porque así aprovechábamos mejor el tiempo entre las actividades a organizar y en las que me apunté.
Two rooms and a boom
Número de jugadores: De 6 a 30
Edad recomendada: +8
Tiempo aproximado de las partidas: De 7 a 20 minutos
El primero juego de roles ocultos que organizamos fue Two rooms and a boom, en el que cada jugador adopta un rol alineado con los objetivos de su bando y sus intereses personales. Puedes pertenecer al equipo del presidente (incluso ser el mismísimo presidente) y hacer todo lo posible para que sobreviva al atentado. Puedes ser terrorista (y que te toque ser la bomba) y perseguir la muerte del presidente ante todo). Y puedes ser neutral y sólo perseguirás tus objetivos personales. Las características y objetivos de cada rol viene especificado en su carta y eso lo hace todo más sencillo, aunque en nuestro caso, participaron unos peques la mar de salados que tenían un montón de dudas que sólo se podían equiparar a su total entusiasmo a la hora de jugar.
Una vez repartidos los roles, que cada uno debe guardar en secreto, se reparten los jugadores a partes iguales en las "dos habitaciones" y empieza el juego para intentar descubrir quién puede ayudarnos a conseguir lo que queremos y quienes nos boicotearán con todas sus ganas. Cuidado que teníamos espías en ambos bandos que aseguran ser de un color siendo del otro.
Las habitaciones no tienen por qué se reales. En nuestro caso, jugamos en un patio y simplemente nos íbamos a un extremo y otro. Lo importante es que nos se escuchen las conversaciones entre una y otra "habitación". El juego se estructura en tres sesiones muy cortas al final de las cuales el líder de caga grupo (que se haya elegido según las mecánicas del juego) decide quién se va a la otra habitación.
Los jugadores tendrán que llegar a acuerdos con los demás para conseguir que como mínimo les enseñen su color (enseñando una franja de la carta) o les desvelen su rol en un arrojo de confianza suprema (enseñando la totalidad de la carta). Estos intercambios de información son recíprocos y vinculantes (como se nota que estoy estudiando oposiciones). Es decir, si dos jugadores aceptan enseñar color o rol y uno hace efectiva la acción, el otro no se puede echar atrás y está obligado a cumplir enseñando a su vez color o rol.
Nos dio tiempo a jugar unas cuantas y tronchantes partidas antes de que se nos acabara el tiempo de la actividad y tener que correr a preparar la siguiente.
Licántropo
Número de jugadores: De 3 a 10
Edad recomendada: +8
Tiempo aproximado de las partidas: 10 minutos
Cuando llegamos a la sala que teníamos asignada resultó que estaba cerrada, pero no tardaron mucho en darnos acceso. Licántropo es un juego que es muy fácil de montar y empezar a jugar, así que no tardamos en tener todo listo.
Nos juntamos mucha gente, así que Raúl decidió no jugar y convertirse en la mano que manipularía las cartas de la mesa a la que nos era imposible acceder a los jugadores sin espoilear nuestros roles.
Según el número de jugadores se meten tanto número de cartas de roles ocultos más tres. Esas tres cartas se ponen en el centro de la mesa y el resto se reparten entre los jugadores, que sólo podrán ver su carta antes de irse a dormir. A no ser que te toque la insomne, que es el único personaje que puede consultar su carta justo antes de que todos despierten. Esto sucede así porque durante la noche puede haber cambios de caras y al empezar el día puede que el lobo no sea quien cree o que alguien juegue con el rol que no tiene.
Cada rol tiene sus habilidades, excepto los de aldeanos, que sólo son aldeanos. La acción se sucede en una única noche, tras la cual nos despertamos todos y tendremos que intentar averiguar cuantos hombres lobos hay en la aldea y quienes son. Se puede dar, incluso, el caso de que no haya ninguno porque se hayan repartido sus roles en las tres cartas de en medio de la mesa. Si pasa esto y se descubre a tiempo ganan todos. Si un aldeano acaba pagando el pato pierden todos.
Jugamos un montón de emocionantes y tensas partidas en la que hubo piques de todo tipo y que condujeron a una última y épica partida que ganó la ni la más pequeña del grupo con una estrategia brillante. Los allí presentes nos tuvimos que quitar el sombrero ante ella y su candorosa forma de engañarnos a todos.
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