martes, 17 de junio de 2014

Queda inaugurada la temporada de piscina

Ya hace como quince días que abrieron las piscinas, pero entre unas cosas y otra aún no habíamos tenido al oportunidad de pisar ninguna, a excepción de la cerrada de la clase de natación de Daniel el día de padres e hijos.

De este domingo no podía pasar. Así que llamamos a mi suegra y nos invitó a la de su comunidad encantada.

Después de dedicar la mañana a tareas varias ineludibles, nos presentamos en su casa a comer, que eso también nos invitó. "Ya total, pasáis el día" nos dijo. Y nosotros se lo agradecimos en el alma. Al menos yo, que no me gusta nada cocinar y así me quita, no sólo de los fogones, sino también de la operación limpieza que viene después. A Raúl le cuesta menos liarse con las manos en la masa.

El caso es que después de unas deliciosas viandas, además de sanas, y de una nada reparadora siesta porque mi mayor no paró de hablar en la puerta donde descansábamos Iván y yo (o eso me pareció). Nos bajamos muy emocionados a la piscina. Los niños tenían unas ganas terribles de estrenar temporada veraniega a base de chapuzones.

Daniel ya nada al más puro estilo perrito con los manguitos puestos. E Iván disfruta muchísimo trepando por sus papis y dejándose llevar. El pobre enseguida cogía frío y comenzaba a temblar. Le sacaba de la piscina a la fuerza porque quería seguir a remojo como fuera. Una de las veces intente darle gusto, pero al poco tiempo se le estaban poniendo los labios azules y yo me moría de preocupación. Le dejaba estar unos cinco o diez minutos en el agua y luego otros tanto tapado con todas las toallas y en brazos de mami para que dejara de temblar.

El mayor también acababa con piel de gallina, pero no era algo tan exagerado. Intentamos atraer su atención a la pelota y el guante inflable (fruto de algún regalo promocional, seguramente). Y lo logramos durante un ratito, pero enseguida quiso volver a meterse en el agua.

En vista que con cada incursión se nos ponía más y más azul. Decidimos dar por terminada la jornada piscinera y subir de nuevo a casa de mi suegra. ¡La que nos montó! Una perreta de las gordas, gordísimas.

Yo creo que la mala siesta tuvo algo que ver, pero mi marido asegura que se debe a la edad de las perretas y no debemos darle más vueltas. A ver cómo nos va la próxima vez que vayamos a la piscina. Espero que no se nos vuelva a congelar el pequeñajo.

12 comentarios:

  1. Si es que las piscinas tendrían que tener la posibilidad de calentar el agua. Jajaja. Besotes!!!!

    ResponderEliminar
  2. Yo una inauguro el jueves en la urba de unos amigos!! No veas que ganas tengo. Aunque aquí el tiempo no acompaña tanto como allí...
    Disfrutarlo a tope!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te entiendo. A principio se coge la piscina con ganas ¿verdad? Espero que lo pases genial!!

      Eliminar
  3. :)
    Cuando en nada apriete el calor verás que esos tiritones se quedan en el olvido.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que sí. me temo que el agua estaba demasiado fría para el :S
      Muchas gracias!!

      Eliminar
  4. Es que con lo que mola la pisci, frustre máximo tener que subir a casa, jajajajaja! Es la edad, mujé, poquito a poco mejora la cosa, you know.
    Muas!

    ResponderEliminar
  5. Joooo que envidia la pisci aqui no hay con el calor que hace ahora mismo.
    Pobrecillo congelandose tanto espero que se vaya acostumbrando
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que pronto te leo que te has ido a una piscina y que lo has pasado genial ;)

      A ver como seguimos con Iván y sus temblores, pobrecillo. Seguro que pronto el agua está más caliente...

      Eliminar
  6. Por mis lares como no cambie el tiempo, ni estrenamos verano, pues sufrimos tormenta cada tarde.
    Espero que disfruteis de la piscina. Claro que con niños ya se sabe, uno no termina nunca de relajarse, pues siempre se está ojo avizor.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Madre mía!!! Tormenta cada tarde. Espero que cambie el tiempo muy pronto.

      Yo lo paso bastante mal cada vez que voy a la piscina porque si no tengo a los dos a la vista me pongo nerviosa. Y conseguir que se queden los dos en el mismo sitio es algo difícil. Seguro que en cuanto cumplan unos 20 añitos más empiezo a relajarme jajaja

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.