Las momias que se quedaron sólo en zombis

Volviendo del parque, a mi niño mayor se le ocurrió otra gran idea para hacer una manualidad: "Mami, ¿por qué no hacemos momias?" ¡¡Momias!! ¿Y cómo? Me pilló cansada y vacía de ideas. pero eso no le frenó.

"Muy fácil" me explicó el pequeñajo, "dibujamos zombis en papel y luego le ponemos vendas con el celo de colores" Muy imaginativo y sencillo. Me encantó la actividad que se acababa de inventar.

Ese día no lo hicimos, por mucho que me insistió, porque ya era muy tarde y tocaba baños, cenas, cuento y ¡a dormir! Me gusta seguir unos horarios y costumbres aunque se flexibilicen un poco por ser verano.

Pero al día siguiente, nos pusimos manos a la obra en cuanto pudimos. Le dibujé sus queridos zombis del videojuego que le tiene enganchado copiándolos del libro de pegatinas que ganó por sus buenas notas en unos cartones, se los recorté porque era demasiado grueso para que lo hiciera él y le dejé washi tapes y tijeras para que hiciera lo que quisiera libremente.

Comenzó pegando trozos de celo decorado en el primer muerto viviendo, pero al rato se dio cuenta que le gustaban más los zombis que las momias, así que despegó con cuidado lo que había pegado en la figura y le pidió a su padre, que andaba por ahí en ese momento, que le dibujara plantas guerreras en el cartón para completar su juego.

Ahora ambos hermanos se entretienen muchísimo con las figuras del juego de ordenador recortadas en cartón. !Nunca se sabe dónde van a encontrar la diversión!