Mami, ¿Qué es la gripe?

El virus de la gripe según Daniel

Vuelve la campaña "Cierra la puerta a la gripe" de Boirón y me he propuesto participar con este cuento que tiene una base real. Sólo tenéis que ponerme a mí en el papel de la madre y a mi niño mayor en el del hijo. ¡Y ya tenemos a los actores principales! Cuidaros mucho...

"Mami, no quiero tomarme el zumo de naranja, no me voy a ponerla bufanda... ¿Y por qué tengo que lavarme tantas veces las manos? ¡Que rollooooo!" se quejó el niño con el ceño fruncido. Apartó el vaso con un gesto brusco derramando parte del contenido sobre el mantel.

La madre suspiró. Se cargó de paciencia y se sentó al lado del Benjamín dispuesta a resolver todas sus dudas.

"¿Tu sabes lo que es la gripe?", le preguntó a su hijo acariciándole dulcemente el pelo.

"No mami. ¿Es un cuento? ¿Me lo cuentas?" le pidió ilusionado alejando aún más el vaso de si mismo. La madre comenzó su relato mientras limpiaba con la servilleta el zumo derramado.

"La gripe es un bichillo muy malo que se mete por tu nariz y empieza a hacer maldades. Por su culpa te llenas de mocos y te sube la fiebre. Luego baja por la garganta y te hace toser. Si no lo paras sigue bajando y peleando con los soldados del cuerpo. Pero nuestros policías personales no pueden luchar solos contra él. Necesitan refuerzos. ¡Vitamina Ceeeeeeee!, gritan desesperados mientras el malvado virus de la gripe los aparta a manotazos"

El niño tenía los ojos fijos en su madre y escuchaba embobado. "¿Sabes qué es la vitamina C?" inquirió su mamá.

"No, ¿que es?"

"La vitamina C es lo que te doy en el zumo de naranja. Cuando te pido que te tomes un kiwi de fruta o que te acabes las espinacas, en realidad te estoy pidiendo que le mandes refuerzos a los ejércitos de tu cuerpo para que puedan vencer a ese bicho malo" Aseguró la mamá con un dedo levantado hasta la naricilla del peque.

"Pero mamá, ¿qué pasa si no me tomo todo eso?" le interrumpió el chiquillo algo inquieto.

"Entonces, el virus de la gripe sigue avanzando hasta llegar a los pulmones y eso es malo, malísimo. Si llega a pasar te sube mucho más la fiebre, te cuesta respirar y hasta te puedes volver azul. ¡Hay que ir corriendo al hospital para que te curen!" concluyó con un deje de preocupación en la voz.

"¡Yo no quiero que me pase eso!" exclamó el niño, "Mira mami, mira. Me estoy bebiendo el zumo. Los soldados de mi cuerpo le van a dar una buena paliza a ese bicho malo de la gripe"

"¡Muy bien cariño! Pero hay que tener mucho cuidado porque ese virus se contagia muy fácilmente y tus amiguitos del cole, la abuela o nosotros mismos te lo podemos pasar sin querer. Por eso hay que taparse la boca cuando tosemos y lavarnos muy bien las manos muchas veces al día" Prosiguió la mamá. "Y no te preocupes si llega a entrar en tu cuerpo porque entre toda la vitamina C que te estás tomando y las medicinas tan estupendas que tenemos ahora le vamos a echar a patadas en muy poquito tiempo".

El niño sonrió con el vaso ya vacío entre las manos. ¡Se iba a enterar el virus malvado de quien era él! A partir de este momento decidió solemnemente cerrar la puerta a la gripe. ¿Y tú?