Cuando llegué del curso esa noche, Raúl me esperaba con las notas e los niños en las manos y moviendo la cabeza en un gestos de desaprobación. "Ya les he echado una charlita me aseguró" muy serio. Cogí los boletines temiéndome lo peor... Y a lo mejor por eso no me pareció tan malo lo que vi. La parte que se refería a conocimientos adquiridos estaba fenomenal. Lo que se torcían era las cuestiones de actitud: "No presta atención, no obedece, se despista con facilidad...". Al fin y al cabo nada nuevo bajo el sol.
Las fichas las vi bastante bien, con algunas excepciones, pero... Si nosotros tenemos días torcidos, ellos también los tienen. Lo raro es que lo tuvieran todo perfecto. En Daniel he notado que el inglés se le resiste bastante, en cambio la música se le da de miedo. De todas formas, la charlita de papá no les habrá venido mal.
Al día siguiente, el mayor me despertó a las seis y medio con toda la ilusión del mundo por enseñarme las notas. Como había tenido muy mala noche, seguramente inquieto porque no había podido enseñármelas la tarde anterior, le convencí para que se tumbara conmigo un ratito y darnos más margen de descanso a los dos. Se quedó frito al segundo. Una pena que el pequeño me llamara desde su camita media hora después, deseoso de enseñarme sus fichas.
Me senté con los dos y volví a pasar las páginas de los cuadernos fingiendo que lo hacía por primera vez, sorprendiéndome y maravillándome con sus logros. Los chiquillos estaban felices. "Mira que montón de caritas sonrientes", exclamaban refieriéndose al sistema de evaluación de las profesoras. Si lo hacen bien les dibujan caritas o les ponen un sello y si lo hacen mal escriben comentarios. Cuando terminamos de repasar las fichas, empecé yo con mi charlita que se centró en dos puntos: "Os felicito porque las fichas están estupendamente. Sólo os pido que en las próximas notas la X de que atendéis y sois obedientes esté en conseguido en vez de "En progreso". Se quedaron muy conformes y me aseguraron que esa X la iban a cambiar de sitio sin problemas. Ya lo veremos dentro de tres meses. Por lo menos se les ve comprometidos con la causa.
uuuummm bueno no está mal. Todos somos algo traviesos y a todo todo no se puede... jejeje pero están muy bien y las próximas (dice Animal) mejor!
ResponderEliminarSeguro que sí son mejores :D
EliminarYo soy de las que piensan que los niños a estas edades tiene que aprender a través del juego y no de fichas. ¡¡Anda que no se van a pegar años clavados a la silla hincando codos!! Espero que el sistema de educación empiece a cambiar y tienda hacia el dinamismo y las necesidades reales de los niños de ahora. me temo que el sistema que siguen es el mismo que en mis años mozos ;)
Yo de pequeña siempre suspendía en comportamiento. No era mala pero hablaba por los codos y me costaba un montón centrarme en lo que tenía que hacer porque estaba siempre pensando en las quimbambas... Luego se me pasó, así que tranquila. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarQue difícil lo de las notas, pero me ha encantado tu actitud. Aún no me he encontrado en esa tesitura, pero soy de las que pienso que pedimos demasiado a los peques y que es bueno felicitarlos por los logros y de una manera sutil pero que lo entienden, animarlos a que se esfuercen en aquellas materias que les cuesta. Un besazo.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Totalmente de acuerdo. A veces me olvido de que tienen sólo tres y cinco años. Les exijo que se esfuercen, pero ¿Hacerlo todo perfecto? ¡Eso no lo hago ni yo con mis 37 tacos! jajaja
EliminarHaces muy bien. Son tan pequeños para meterles presión con el tema notas . Yo creo que las notas hay que tomarlas como lo que son , no miden ni remotamente todas las capacidades, conocimientos y aptitudes de los niños,así que son relativas para mí. Hay que tenerlas en cuenta en su justa medida. Tu actitud positiva es un gran aliciente para ellos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Las notas es una forma aproximada de medición que no tiene en cuenta muchos aspectos importantes. Hay que esforzarse, pero no dejarse la vida en ello. Por eso les pedí que se esforzaran en el punto del comportamiento nada más. A estas edades me parece lo más importante. Ya les tocará estudiar como locos cuando lleguen a primaria. ¡Que disfruten de Infantil sin presiones!
EliminarHacéis bien en reforzarles lo que tienen bien hecho, y no darle tanta importancia, pero si decirlo a lo que no. Mira yo ya me he dado cuenta de que lo que realmente funciona es decirles primero lo que está bien y luego lo que deberían mejorar. Felicidades porque si es una cuestión de actitud lo corregirán rápido.
ResponderEliminarMe apunto el consejo para posteriores ocasiones. A partir de ahora empezaré por lo bueno y seguiré por lo menos bueno ;)
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