Después de que el niño chef nos hiciera una demostración de cómo hacer una deliciosa pizza, nos dieron carta blanca para usar los productos que nos apeteciera de una amplia mesa, para hacer la nuestra.
Todos los niños lo pasaron genial con esta actividad. Daniel, con lo cocinillas que es, estaba encantado. Y más aún cuando se pasaba su ídolo a darle algún que otro consejillo. Iván también contribuyó a darle sabor a la pizza que nos quedó preciosa. Nos hizo mucha gracia el queso para pizzas en forma de piezas de puzzle.
Hubo que advertirles a nuestros peques que estaba terminantemente prohibido comerse los ingredientes mientras durara el taller, pero una vez todos tuvieron su pizza terminada, les dejamos que probaran algunos. Daniel se hinchó a maiz porque una de las mamás le dijo que se haría grande y fuerte como Hulk.
Cuando ya se empezaba a descontrolar la cosa y los peques corrían riendo por toda la sala, nos invitaron a sentarnos para probar nuestras creaciones. A petición de los organizadores le habíamos puesto algo para identificarla de las otras: una Enorme D hecha de beicon.
Los peques tuvieron la gran suerte de sentarse en la misma mesa que una peque que cumplía años ese mismo día y a la que le regalaron una enorme magdalena de chocolate con velita y todo. La chiquilla la compartió entre los niños de su mesa para regocijo de mis dos golosones. Estaba guapísima con su traje de princesa.
Tras engullir nuestra pizza, comenzó la visita guiada a Faunia, lugar en el que se organizaba el evento. Iván estaba eufórico.
La primera parada fue en el lago para dar de comer a los patos y a las carpas. Después intentaron alimentar a los perritos de la pradera, pero estos no asomaban el hocico por la madriguera ni locos.
No me extraña porque éramos un grupo muy bullicioso y debían estar asustaditos los pobres. A los peques se les quitó la decepción enseguida, porque les llevaron directamente a la granja para dar de comer a las cabritas y ver ponis, gallinas, cerditos...
De allí al bosque templado, dónde les dieron la oportunidad de tirarles comida a unos ciervos preciosos, justo antes de sumergirnos en el río amazonas. En el tunel que iba por debajo del agua los peques se quedaron mudos del asombro. A mis chicos les llamó muchísimo la atención los peces gato con sus largos bigotes.
También atravesamos la selva y llegamos justo cuando se estaba terminando la tormenta tropical. La verdad es que se lo curran muchísimo con estas actividades. Otro momento especial fue cuando nos presentaron a los congéneres del Rey Julian, de la serie de Los Pingüinos de Madagascar. A los que también conocimos cuando nos introdujeron en las instalaciones de los pingüinos. Otro animal que causó sensación fueron los bebés de dragones de Komodo. En realidad, todo les llamaba la atención a los niños.
Durante todo el recorrido, nuestra guía nos iba explicando cosas curiosas sobre los animales que veíamos, como, por ejemplo, que los pingüinos no tiene bacterias ni virus porque no sobreviven a las bajas temperaturas de sus habitats, con lo que sus cuidadores se tiene que enfundar en trajes especiales para no causar una catástrofe. O que los bichos con colores vistosos, sobre todo si son serpientes o ranas, es mejor verlos de lejos porque es probable que sean venenosos...
Tras este tour tan especial, nos despedimos de nuestros anfitriones que nos agasajaron con un montón de regalos: los delantales de los chiquillos (les encantaron), una nevera llena de productos de quesos que están desapareciendo a la velocidad de la luz, una bandeja caja preciosa, unas libretas que nos van a venir genial...
El evento se había acabado, pero mis hijos no estaban dispuestos a irse sin haber caminado por la senda de los dinosaurios y haber buscado sus fósiles en el arenero que habían dispuesto especialmente para que los niños que visitaban el parque se convirtieran en jóvencísimos arqueólogos.
Nos juntamos con una amiga y su animado hijo y lo pasamos genial visitando a los animales de la noche, el pabellón de los bichos venenosos, los canguros, el panda rojo, los cocodrilos... Incluso estuvieron un buen rato disfrutando de los columpios. Como dije un día muy completo.
Al final nos los tuvimos que llevar al coche a rastras y, una vez acomodados, se quedaron fritos del agotamiento. Cuando llegamos a casa, Daniel se dio cuenta de que no habíamos visto los pollitos y nos lo estuvieron echando en cara el resto de la tarde... Si hubiera sido por ellos aún estábamos allí.
Qué plan más diver! Se nota que lo pasaron bien.
ResponderEliminarBesos!
Lo pasamos genial!! Es que los planes de cocina y de animales siempre triunfan :D
EliminarMe encanta la foto de Daniel dándole la mano a Aimar todo formalito. Jajajaja.
ResponderEliminarA Faunia hace un montón que no voy pero la verdad es que es un sitio fantástico. La tormenta tropical es una pasada. Un besote!!!
Están muy graciosos los dos chiquillos. Parecen políticos en chiquitito jajaja
Eliminarvaya día estupendo! me encanta la foto de Ivan sorprendido totalmente!!!!
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho esa foto. Me alegré mucho de que su padre le pillara in fraganti jajaja
Eliminar¡Qué jornada más estupenda y completa! . Pues mirando la foto de los productos me doy cuenta de que he comprado varias veces de esa marca el queso Havarti ,para nuestras quesadillas y nos quedan bien cremosas.
ResponderEliminarEl Aimar está alto pero Daniel no se queda atrás.
Yo como Iván , me encantan los animales , disfruto como una niña pequeña.
Tenías que ver la cara de adoración de Daniel jajaja
EliminarYo pensaba que a estas edades sus ídolos eran todos de dibujos animados, pero me equivoqué de parte a parte!
Yo también estaba deseando empezar el recorrido de Faunia, aunque me lo pasé genial haciendo la pizza con los chiquillos. Que difícil elegir lo que más me gustó de ese día jajaja
Soy una niña más XD
Qué plan tan divertido! vaya privilegio!! la foto de Iván sorprendido lo dice todo, me encanta!
ResponderEliminarTantas cosas chulas a su alrededor que al más pequeño se le quedó esa cara jajaja
EliminarY a todos, porque estuvo todo genial.
Estuvo divertido! ! Los mios también se lo pasaron muy bien y mi Pitufin estuvo jugando con tu peque un rato jejeje :)
ResponderEliminarSí lo fue. Y una placer desvirtualizarte, aunque no pudiéramos charlar. Como siempre, mis hijos me piden atención constante. Ya creceran y la que les pediré atención seré yo jajaja
EliminarMe hizo mucha gracia cuando los chiquillos empezaron a aburrirse de sus pizzas y se pusieron a jugar entre ellos espontáneamente. Que sepas que Iván se quedó prendado de tu pitufina. En cuanto la veía aparecer se le ponía una gran sonrisota en la cara y corría hacia ella jajaja
Tus hijos son encantadores :D
Hola Dácil! hacía ya tiempo que no sacaba medio minuto para pararme a escribirte un comentario, pero que conste que te leo todos los dias eh? jeje
ResponderEliminarEste comentario es más bien una sugerencia...por qué no cambias el nombre del blog? Madre desesperada tú?? pero si llevas a cabo mil planes con tus niños! no parais ni un minuto disfrutando.me encanta los "buscaplanes" que eres, deben estar super orgullosos de tener una mamá tan molona!
Besos guapa
Jajaja si cambio el nombre ya no sería yo ;)
EliminarOrgullosos no sé... Me temo que ellos viven pensando que todos los niños viven igual que ellos. Yo recuerdo que de pequeña pensaba lo mismo jajaja Que inocencia más bonita...
Que experiencia tan chula!
ResponderEliminarY Aimar, que salaó!
Bs
Muy majete la verdad. Fue un maestro de ceremonias encantador :D
EliminarQue chulada de actividad seguro que se lo pasaron genial!!! vamos más completo eldía imposible, pizza y faunia. A mi me encanta Aimar, yo que soy seguidora de master chef Junior y adulto, me pareció un niño super majete!!!! Y los procutos Arla, yo también los he probado en varias ocasiones y la verdad es que me gustan bastante.
ResponderEliminarCon lo que le gusta a los niños la pizza y los animales jajjaja
EliminarMejor imposible.
La verdad es que Aimar es supermajo y mi niño mayor estaba emocionado de estar a su lado jajaja