En la primera sesión ya pudimos comprobar que el taller es completísimo. Realizamos juegos para aprender a controlar nuestra respiración, nuestro cuerpo, los sentidos... La profesora nos hizo un cuentacuento muy adaptado a niños pequeños para que sean conscientes de que nos cuesta mucho concentrarnos en lo que está pasando en este mismo momento y que necesitamos anclas que nos devuelvan al presente para ser conscientes de nosotros mismos. El protagonista tenía problemas para alcanzar su objetivo de vivir el presente y nosotros teníamos que ayudarle con juegos que, en realidad, eran ejercicios de concentración y relajación.
En uno de ellos, teníamos que concentrarnos en nuestra respiración y si nuestra mente volaba a otro lado teníamos que meter una ficha de mono en un barco casero. Daniel metió dos monos y cuando le preguntó la profesora que le había distraído el contestó que las notas que iba a sacar en los exámenes: "esta ficha es por el de mates y lengua y esta otra por el de inglés". Las fichas eran de monos, porque cuando tenemos la mente dispersa lo llama mente de mono para que el niño sepa identificarla fácilmente.
Mentiría si dijera que estuvieron atentos y concentrados todo el rato. Cuando les decían que caminara en silencio iban pegando saltos, por ejemplo, pero la profesora paró la clase para decirnos a los padres que dejáramos a los niños a su aire, que si había que llamar la atención a alguno que ya lo haría ella, pero que no les podíamos exigir plena atención con las edades que tenían y que era mejor que se sumaran a los juegos por voluntad propia. Además, aseguró que le interesaba más que lo padres prestáramos plena atención porque luego tendríamos que repetir esas técnicas en casa.
¡Y lo dijo en serio! Nos dio material para motivar al niño a hacer los ejercicios de mindfulness y nos mandó tres audios para ponérselos durante diez minutos o menos, según la edad del niño, todas las noches antes de irse a dormir. Eso sí, nos ha rogado que no les obliguemos bajo ningún concepto. La idea es que yo lo haga y ellos me sigan por voluntad propia (y por poner las pegatinas y los dibujos que les ha dado).
Durante la primera clase también disfrutamos de chocolate (una golosina marciana) al estilo Mindfulness. Explorando lentamente con todos los sentidos el trocito. Con el tacto, con el oído, con el gusto... disfrutándolo en cada momento. Excepto de la vista porque teníamos que cerrar los ojos para hacer más intensa la experiencia. Aunque creo que lo que más les gustó a los peques fue la actividad del masaje. Me la piden mucho en casa y se relajan tanto que se acaban olvidando del tiempo presente una vez más.
La segunda clase también estuvo llena de actividades maravillosas: un mantra muy relajante, la respiración siguiendo el contorno de los dedos del compañero, un juego con agua y purpurina para explicar cómo afectan las emociones a nuestra mente... Y lo mejor de todo, nos presentó el cerebro triuno a través del protagonista del cuento de la primera sesión. Unos personajes bastante malhumorados representaban el malestar por la carencia de alguna necesidad básica (hambre, frío, cansancio...) y la ira. Menos mal que tenemos un personaje muy simpático que, cuando logramos despertarle, nos hace razonar y llegar a acuerdos, pactos, soluciones... A través de estos personajes, más el que representan los sentimientos, estoy logrando que los peques me cuenten muchas cosas y comprendan un poco más el funcionamiento de su mente. Aunque con Iván está costando bastante. Según él siempre es razonable y no se acuerda de que se haya enfadado en todo el día. Poco a poco...
Al final nos propuso hacer la actividad de Detectives de nuestra mente y nuestros pensamientos con un audio y unos recortes en forma de nubes, cuerpos y notas musicales tanto blancas como negras. También les dio a los peques la linterna de la atención que los tiene emocionados y con las que se han inventado mil juegos.
Casi todas las noches, antes de dormir, siguiendo la recomendación de la profesora, nos preparamos para los ejercicios de mindfulness. A veces eligen ellos uno, otras yo. Hacemos uno, como máximo dos, y la burbuja de la Paz que aprendimos en el Taller de Burbujas de Paz de la Casa del Lector. Luego viene una fabulosa clase de Yoga inventada por mis peques que se turnan para hacer de profesores. Hacemos la postura de la X, de la ola, del ninja... Se parten de la risa y creo que se pierde lo que habíamos logrado con el mindfulness, pero se lo pasan pipa. Al final pegamos las pegatinas de las hojas del taller y las de sus clases de Yoga inventadas y ¡a la cama!
Las tardes se hacen cortísimas entre parque (si hace buen día), deberes, baños, cenas, cuento, mindfulness y yoga.
Buenos días,
ResponderEliminarme encanta la entrada hay niños muy nerviosos que para nada son malos, con este tipo de actividades les enseñas a estar tranquilos y eso debería disfrutarse como asignatura en los colegios.
¡Feliz semana!
Muchas gracias!! Totalmente cierto. Mis hijos son muy nerviosos y cuanto más les dicen que se estén quietos más nerviosos y más movidos. El Mindfulness les viene fenomenal. Estoy de acuerdo que podrían darlo en los coles, aunque es difícil buscarle el hueco porque todas las asignaturas son importantes. En el cole de los peques hacen mindfulness en Valores por iniciativa de la profesora, pero los que van a religión se lo pierden.
EliminarBuenos días,
ResponderEliminarme encanta la entrada hay niños muy nerviosos que para nada son malos, con este tipo de actividades les enseñas a estar tranquilos y eso debería disfrutarse como asignatura en los colegios.
¡Feliz semana!
Que interesante! Y que buena actividad para compartir con los niños! Es genial que desde pequeños aprendan esas cosas..
ResponderEliminarsaludos!
Sí, me encanta ver como se divierten haciendo los juegos que les van a ayudar a concentrarse y relajarse. Están muy motivados :D
EliminarA ver si con esto consigues que tus fieras se tranquilicen un poco. En cualquier momento vas a tener niños zen. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarNo caerá esa breva jajaja
EliminarY seguro que les echaría de menos a como son ahora snif snif
Preciosa!
ResponderEliminarHas leído " Burbujas de Paz" ? Es un libro muy chulo de Mindfulness con actividades para hacer con los peques ( en familia ), recomendaciones de pelis...
Hice un post sobre él hace unos días... Quizá te interesa tenerlo en casa para tener una alternativa de actividades mindfulness por ejemplo los días de lluvia.
Besitos
Ahora voy a leer tu post. Tengo el libro porque fuimos a un taller de Sylvia Comas en la Casa del Lector y lo compré. Empecé a leerlo, pero en el capítulo dos decidí dejarlo hasta que acabe con este taller porque no quiero liar a los peques. Ahora mismo intentamos hacer un poco de mindfulness todos los días antes de dormir. Burbujas de Paz, por ahora, se lo he prestado a la tutora de Daniel, que también le interesan estos temas. Y dice que le está gustando. Muchas gracias por la recomendación :D
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