¿Eres madre y sólo te pintas cuando es estrictamente necesario? Pues fijo que tienes un cargamento de maquillaje caducado escondido en lo más profundo del armario. O eso es lo que me pasó a mí.
Siguiendo las directrices de Orden y limpieza he ido organizando los armarios y el hogar en general a ratos (los pocos que tenía libre) y, de repente, un día, le todó al armario de las toallas. En ese espacio no sólo metemos las toallas, noooo. Vamos acumulando medicinas, cremas, cosméticos, artilugios de higiene como las pinzas o las limas, coleteros... Y una amplio etcétera.
El maquillaje que uso más frecuentemente lo tengo en el baño, a mano, pero ¡oh! sorpresa. En ese armario había barras de labios de cuando yo era una imberbe estudiante universitaria. Kilos y kilos de cosméticos para arreglar la cara y ponerme hermosa. ¿Y que hago ahora yo con tanto potingue tóxico?
Pues si eres madre lo tienes que tener más que claro. Llamar a tus churumbeles y prometerles la experiencia artísitica más brillante y pringosa de su vida. ¿Quien no acudiría a la llamada? Los míos vinieron raudos y veloces y se maravillaron con cada tesoro que les mostré. Les di unos folios y los empezaron a embaduirnar encantados.
Más feliz que una perdiz por tenerlos entretenidos me puse a seguir con la operación orden. Pero en menos de diez minutos vi al pequeño correr raudo y veloz pasillo arriba y pasillo abajo lanzando pelotas alegremente. Me acerqué a él para explicarle que las pelotas son para el exterior mayoremente y él a su vez me aclaró que se había cansado de plasmar su arte con potingues y que prefería témperas. Las témperas otro día. Lo dejé entretenido con los juguetes de su cuarto y fui a ver al mayor que seguía totalmente absorbido por la actividad. Ya me había espachurrado dos pintalabios y hecho trizas unos coloretes. Estaba encantado con sus experimentos artísticos, así que, como de todas maneras iba a tener que tirarlo todo le dejé seguir haciendo.
Estuvo mucho tiempo pintando y espolvoreando. Tanto que al final escuché sus súplicas y guardé los restos del maquillaje en un cajón de material de manualidades para él. Al menos seguiremos usándolos y no sentiré tanto la pérdida.
Jajajajaja, como se nota que no tienes una princesa en casa :-)
ResponderEliminarTus hijos han guarreado con los potingues en un folio...mi hija habría entrado en éxtasis, se habría enbadurnado la cara, los morretes...habría pintado a sus muñecas y después habría intentado maquillarme a mí!!!
aaay no que estaban caducadas desde hacía años. Si hubiera tenido una princesa no se lo hubiera podido dar porque se me podía llenar de sarpullidos. Pero seguro que me cogía las mías todos los días ainss Las tengo muy a mano
EliminarDéjales claro que con lo que hay en el baño no pueden pintar. A ver si te van a dejar sin maquillaje (esa sería una de mis peores pesadillas, jajaja). Besotes!!!
ResponderEliminarLo he dejado claro, pero de ahí a que me hagan caso... Pero sí que me van a hacer caso porque ellos tienen un montón de maquillaje para guarrear. No veas lo que tenía acumulado al fondo del armario..
Eliminar¡Eres genial! Le has encontrado un segundo uso... A tus pies, jajajaja
ResponderEliminarJajaja se lo pasan pipa guarreando con lo que sea. Tu ya sabes ;)
EliminarMe ha encantado el post. Que gran ingenio con los peques. Los cosméticos naturales son ideales con los niños porque corren menos riesgos que con los sintéticos. Si lo deseas puedes entrar en un blog que haba de ello por si sientes curiosidad https://descubreavon.com/
ResponderEliminarEs una página de una marca de cosméticos.
EliminarMuchas gracias. Me alegro de que te haya gustado :)