Se ve que les ha dado fuerte a los hombres de la casa por los juegos de mesa porque hierven de ideas. ¡Hasta el papá se ha arrancado a crear uno con la colaboración inestimable de los peques!
Daniel lo ha llamado Navis. Y, como su propio nombre indica, el objetivo es construir una nave con diferentes partes y mandarla al enemigo para que le estalle en las narices. Cada pieza tiene unos puntos de daño que se van sumando y tiene que tener, al menos, una cola y una cabeza. No hay límite de máximo, todos los cuerpos que quieras poner, pero hay que tener en cuenta que tu adversario te puede mandar naves en cualquier momento y la única manera de pararle es chocarte con la nave que tengas hecha entera. También existen cartas de naves enteras que hacen un punto de daño. Muy útiles para ataques y bloqueos rápidos. Los puntos de cada parte de la nave se suma y ese es el daño que se hace. Para bloquear la cosa va por partes también. Por ejemplo: si yo ataco con una nave de tres piezas (2+4+3) y me bloquean con una nave de dos piezas (1+3), sumo las dos piezas, que da cuatro y con ello puedo bloquear la primera y segunda pieza de la nave atacante con lo que sólo me como los puntos de la tercera parte, los tres puntos. Gana el que le haga al otro diez puntos de daño. Fácil y divertido.
El primogénito se ha hinchado a crear juegos, así tenemos un montón de posibilidades nuevas:
- ¡Atajos!: tenemos un tablero con varios atajos. Si el jugador elige el camino largo no encontrará ningún peligro, si elige el corto se encontrará con unos peligros terribles que pueden hacerle retroceder hasta límites insospechados. ¿Te arriesgas o sigues el camino fácil?
- Apokalipsis Ranil: con un memori de Anfibios que ganó Iván en la Feria Madrid Bird del año pasado, el mayor hizo un juego de luchas en el que clasificó las ranas como rapidinas, luchadoras y que no hacen nada. Hacemos dos mazos equilibrados. Cada contrincante coge uno lo barajea y pone tres fichas delante suya. El que inicia decide si ataca en caso de tener rana luchadora. Si no es el caso puede gastar una rana que no haga nada para sacar ficha y probar suerte o pasar. Si ataca, el otro tiene que salir huyendo con una rapidina o comerse el daño. Gana el que más puntos de daño le haya hecho al otro cuando se acaba el mazo.
- Tablero loco: Es una especie de tablero de la oca muy complicado. Si caes en la tercera casilla tiene que ir cuatro sitios para atrás, como no tienes cuatro casillas, en la siguiente tirada restas uno a lo que te dé. Hay atajos en los que si sacas lo suficiente en el dado puedes pagar cuatro puntos de la tirada y adelantar bastante, pero si caes en la casilla de vuelves a empezar de nada te va a servir. Así que entre las casillas de atajos, retrasa tu ficha tanto, adelántala tanto, coge un atajo, te ha salido más de cuatro justo cuando pasas por el otro lado del atajo, vuelves para atrás... es muy difícil saber quien va a tener la grandísima suerte de ganar al final.
- Pescados, paja y estiercol: Tenemos un mazo (hecho íntegramente por Daniel), con el mismo número de cartas de paja, peces y estiercol. Se barajean, se reparten diez aleatoriamente entre todos los jugadores de manera que todos tengan el mismo número de cartas. Las que sobren se retiran. Cada jugador agrupa las que sean del mismo tipo y apuesta por lo que más tenga: peces, paja o estiercol. Gana el que más tenga de un grupo, pero cuidado, porque existen las cartas Demasiado pescado, Demasiada paja, Demasiado estiercol, que si te las tiran a tu baza te quedas a cero y gana el segundo con más de lo que sea.
Los de Iván se basan más en rol e imaginación que en aburridas reglas:
- Los palitos peleones: se reparten unos palitos de polos de colores a partes iguales entre dos participantes. Ambos jugadores gritan ¡ya! a la vez cogen el primer palo y se lían a tortas. Si te tiran el palo lo pierdes, tienes que coger otro y seguir la lucha. Gana el que deje sin palos al otro.
- Lego rol: Nos hacemos personajes con rol y naves que tengan diferentes armas y defensas. El máster construye los peligros y monstruos a los que nos enfrentaremos (el máster es Iván, evidentemente). Cada jugador avanza con su nave y se va enfrentando a lo que va surgiendo. Si superas o no las pruebas lo decide el máster, así que este juego es sinónimo de trifulca segura entre hermanos.
- Busca pistas: Iván dibuja habitaciones con sus elementos y el jugador tiene una ficha de personaje que tiene que mover para ir buscando las pistas. Cuando encuentra una se pone una huella en su lugar.
No sé para qué compramos juegos de mesa si ya se los inventan ellos. Daniel está pensando un plan para hacerse con una mesa de las TDN este año y presentar todos los prototipos jajaja
Flipando me hallo. Creo que tus hijos tienen asegurado el futuro profesional. XD
ResponderEliminarMuas!
No sé. Yo creo que lo flipan demasiado jajaja
EliminarPero yo me lo paso genial siendo su betajugadores y sacándole fallos a sus juegos para que los mejores ;)
¿Y esto se lo inventan ellos solos? Estoy alucinada!! Por cierto, leí tu post en el autobús y no pude evitar reírme con las reglas de los palitos. Cualquier día me encierran por reírme sola como las locas. Besotes!!!
ResponderEliminarPues únete al club jajaja
EliminarEso es lo que pasa cuando en vez de novelas te lees tus blogs preferidos entre trayecto y trayecto. A mí también me ha pasado. Y también de caerseme la lagrimilla. Buf eso es peor.
A mí también me dio la risa cuando me dijo las reglas y pensé que no funcionaría mucho, pero al final es divertido. No creas jajaja
Desde luego que a tus peques no les gana nadie a imaginación, jaja
ResponderEliminarDemasiada!!! Jajaja
EliminarEllos solos se lo guisan y se lo comen ;)