miércoles, 20 de diciembre de 2017

Ludomanía 2017 y el boicot infantil

Este fin de semana teníamos un planazo. La idea era pasarnos por las jornadas de Juego de Torrejón de Ardoz Ludomanía a echar unos vicios en familia y luego dar una vuelta por las Mágicas Navidades que han montado allí y que prometían ser una pasada. Pero se ve que los padres proponen y los niños disponen porque se portaron tan extremadamente mal que, por mi parte, los hubiera sacado de allí de los pelos cinco minutos después de haber llegado, pero el padre se empeñó en darles una oportunidad tras otra hasta la hora de comer.

Llegado ese momento se le acabó por completo la paciencia y decidimos irnos antes de acabar ahogándolos. Cómo pudieron ponernos en tal estado de nervios, os preguntaréis. Imaginad que estáis intentando montar el escenario de un juego y cuatro manitas no paran de deshacer tu trabajo porque se les antoja que quieren jugar justo con esa pieza que acabas de poner y justo ahora. Imaginad que lo hacen unas setecientas veces a pesar de que ya no sabes cómo decirles que paren.

Imaginad que has cogido dos juegos por no volver cada dos por tres a la ludoteca y que dos demoniejos mezclan componentes "sin querer", cuando les has advertido mil millones de veces que eso es por lo menos pecado mortal. Imaginad que dos terremotos se empeñan en jugar de forma poco respetuosa y cero cuidado o que se les cae "sin querer" las piezas otras mil millones de veces. Y no a gusto con eso, encima lo van a coger y ¡se les cae otra!

Sigamos, sigamos. Imaginad que toca decidir quién comienza el primer juego que hemos cogido y se desata la tercera guerra mundial porque ceder es poco menos que humillarse y degradarse. A pesar de que hemos prometido, jurado y hecho pacto de sangre de que íbamos a jugar a muchos más y que podían empezar el primero por turnos en cada uno de ellos. Imaginad que por fin, ¡por fin!, comenzamos a jugar ¡oh! ¡Hados del destino! y al que iba ganando se le tuerce algo, se ofusca y ¡halaaaa! las cartas por los aires. Y, lo peor, lo peor, ¡deja de jugar! ¿Desde cuándo rendirse es una opción en los juegos de mesa? Aquí se llega hasta el final aunque la derrota sea un hecho por no dejar colgada la partida.

Ahora sumamos todo lo que hemos dicho, le añadimos algunas palabrotas, peleas entre hermanos, piques... y... Sí señores, tenemos una pifia. Pero de las gordas. De las de mandar todos los planes a tomar viento, reiniciar y acabar todos comiendo en casa de las pobres y sufridas abuelas que a ver a santo de qué se tienen que comer semejante marrón y miraditas de odio entre los cuatro miembros de la familia. La de los papis con una pizca de amor, porque, aunque parezca que nos los vamos a comer con saña, les seguimos adorando hasta el infinito, pero la de los niños echaban fuego, lava y azufre.

Tras una comida "rarita", las abuelas nos animaron a volver a Ludomanía, esta vez sin churumbeles. En un principio me negué a darles semejante castigo de encargarse de los dos energúmenos mientras nosotros nos íbamos a disfrutar como niños... niños buenos, ejem. El caso es que al final me convencieron y allá que fuimos en plan pareja dejando atrás a dos chiquillos mucho más tranquilos.

Mi teoría es que están agotados, y con razón. Demasiados planes chulos les empiezan a hacer mella. Mi plan es que se aburran horriblemente las tardes de esta semana y así se tranquilicen un poco. El destino y la manera de ser de los chiquillos me lo está poniendo difícil, pero por mi madre que se van a aburrir estos días. Y a la cama a las ocho. He dicho.

Pero bueno, que me disperso. El caso es que volvimos a Torrejón con sentimientos encontrados. Por un lado, una pena tremenda por haber tenido que suspender un planazo familiar taaaaan prometedor, y por otro, pues oye, que el tiempo en pareja es tan escaso que hay que aprovecharlo a tope de ilusión.

Que nadie sufra por los peques porque estuvieron la mar de mimados con sus abus y, encima, volvimos a tentar a la suerte el domingo y nos los volvimos a traer, eso sí, ya sin planes de Navidades Mágicas ni nada porque al día siguiente había colegio. ¡Y se portaron bastante bien! Disfrutamos de los juegos y hasta nos echamos unas risas. Si es que hay veces que estamos torcidos y otros que nos sentimos genial y ya está. No hay que buscar más explicaciones.

Y como esto va camino de parecerse a un testamento, lo de contar a qué juegos jugamos ya lo dejo para otro día. Sólo adelantar que estuvieron muy bien :D

Las jornadas nos han molado mucho. Nos las apuntamos para volver el próximo año.

8 comentarios:

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    1. Es que es muy dificil pasar de planes tan chulos ainsss
      jajaja

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  2. Imagino, imagino yo no habría aguantado tanto

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    1. Aguantamos porque nosotros también queríamos jugar.
      Fue una actitud egoísta. Lo reconozco ainss

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    2. Me alegro que se lo pasasen bien. Firmado, un camiseta verde.

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    3. A pesar del boicot infantil del sábado por la mañana lo pasamos genial :D
      Muchas gracias por organizarlo!!

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  3. vaya, vaya! la verdad es q x A o x B estas son unas fechas de no parar y claro al final estamos todos un poco estresados, cansados, agotados, pero no queremos reconocerlo pq queremos jugar, ver, comprar,.... ¡suerte! y a disfrutar d los momentos en pareja ;)

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    1. No nos queremos perder nada, pero a veces lo que necesitamos en sofá y mantita jajajaja

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