En cuanto me enteré de que la cosa ya era tan grave que no se puede salir de casa, excepto en cierto casos, tuvimos que deliberar medidas extraordinarias como el uso de pelotas dentro de la casa y eso de poner a prueba los colchones del hogar. Medidas desesperadas en situaciones desesperadas.
Las pelotas que les dejamos usar tienen un tamaño máximo y sólo pueden rebotarlas en lugares específicos y con algo de control (aunque me temo que antes de que esto acabe habrán bajas. Espero que no muy graves).
Por ejemplo, hemos quitado el cuadro de una pared de la entrada que da a nuestro baño (rodeado de habitaciones nuestras para amortiguar el ruido) para que jueguen individuales de frontón (no caben los dos a la vez), hagan el pino o lo que se les ocurra.
Además, hemos reconvertido el pasillo en una pista de coronaball (como lo han querido llamar ellos), que es el tenis con pala de toda la vida, pero en espacio muy reducido con lo cual hay que tener un mayor control de la pelota para ganar los sets. Esa pista es multideportes, porque también sirve para el tenis chapa de toda la vida. Que consiste en intentar colar al otro una chapa a golpe de zapatilla y a ras del suelo.
Evidentemente, también hemos dado vía libre a la competición de volteretas estilo libre sobre nuestra cama, aunque lo se saltar aún no les dejo que quiero que mis colchones tenga una vida larga. Si nos vemos muy agobiados puede que esta situación cambie, pero por ahora no está permitido.
Todos los días, apartamos la mesa de comedor del salón y nos ponemos a hacer unos 15 minutos de gimnasia. Estoy usando una tabla de ejercicios que tiene mi madre desde que era una jovenzuela años y que me regaló a mí, más o menos cuando tenía quince años.
La he usado toda mi vida, pero nunca pensé que llegara el día que la compartiera con mis peques. Os comparto fotos por si os ayuda. Me he dado cuenta que mis hijos mucho salto, mucho trepar y mucho hacer el cafre, pero de tablas de gimnasia ninguna aptitud. Madre míiiiia, que toletes. Lo que me cuesta que cojan la postura, que no flexionen las rodillas, que hagan los ejercicios medianamente bien... En fin...
Además, Iván nos da clases de los estiramiento que hacía en su extraescolar de esgrima, que nos viene muy bien. Y corremos en el sitio lo que dura una canción a su elección. Corremos normal, alzando las rodillas, llevando los pies al culo, haciendo springs...
Y bueno, que no hay día que no se les ocurra algo nuevo para mover el esqueleto: tenis golf, carreras a caballo sobre los cojines gigantes, batallas épicas a cojinazos... Todo vale en el espacio del que disponemos.
¡Ah! Otra cosa. Como se mueven mucho menos les he bajado un poco la ración de comida. No mucho, pero acorde a los nuevos hábitos más sedentarios que nos hemos visto obligados a adoptar por la crisis del coronavirus. Sobre todo, les doy menos pan y casi nada de chuches y similares. Están que trinan, pero no quiero que salgan de la casa rodando. Lo mismo para mí, claro.
Tenéis que ver la cara que pusieron cuando les informé de que este lunes se ponía el contador de la quincena a cero de nuevo. En fin, que también tenemos muy claro que esta época la tenemos que pasar poniendo todos de nuestra parte. Así que paciencia y ¡arriba ese ánimo!
Qué imaginación tenéis. Un beso
ResponderEliminarEl aburrimiento les da alas jajaja
EliminarMe encanta!!! Así andamos un poco todos.
ResponderEliminarEn mi post 2º día te he puesto el link a la manualidad de Iván, como recomendación para los peques, ¡qué me encantó!
http://nosotrossiemprejuntos2.blogspot.com/2020/03/2-dia-de-aislamiento-primeras-ideas.html
Muchas gracias!!! me ha hecho mucha ilusión que incluyeras la manualidad de Iván. Ánimo!!!
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