Hice bizcochos en moldes cuadrados. La receta tradicional, aunque le añadí esencial de vainilla para que estuviera más rico. Luego los corté en cuadrados, que puede parecer fácil, pero no. Cómo se desmiga el condenado. Luego procedí a derretir chocolate blanco y a mezclarlo con colorante rojo. Me quedó una mara grumosa rosa que era imposible de derretir. Desolada, la aplasté lo mejor que pude en los cubos (massss o menossss) de bizcocho, quedando una cosa que no se parecía en nada a lo que tenía en mente. Para finalizar adorné esta especie de frosting rosa con puntos de lápiz pastelero de chocolate negro.
Ni qué decir queda que a las fieras le fliparon y las devoraron sin una queja.
Pero yo me quedé con el resquemor y el run run. Como al final, ese finde no había dado tiempo a preparar el juego, me animé a volver con mis aspiraciones reposteras al siguiente. Esta vez vertí el chocolate blanco impoluto y perfectamente derretido sobre los cuadrados del bizcocho (que esta vez había hecho con cacao). Lo malo es que me quedé corta y lo cobertura no daba para todo el cubo. Con lo que quedó meh. Esperé a que se endureciera y pinté con colorante rojo. ¡Quedó más meh todavía! Buuuuuf. Qué difícil es pintar con pinceles de silicona y que quede homogéneo. Encima también me quedé corta de colorante rojo. Un desassstre. Pero de nuevo, mis hijos quedaron totalmente complacidos y me animaron a seguir con mi experimentos y a usarles a ellos como slimes rosa de prueba.Al menos les he hecho felices, que ese era el objetivo desde el principio. No se yo si repetiré haciendo cubayas o se me ocurrirá alguna otra cosa en la que fallar en la guerra de realidad contra expectativas jajajajaja
Por cierto, que ese fin de semana tampoco tuvimos tiempo de montar el famoso juego. A ver si el siguiente...
A los peques se les ve encantados probando el invento...a mí no me convence ;-) el chocolate blanco no gusta en casa.
ResponderEliminarSi no os gusta el chocolate blanco no hay nada que hacer con estas cubayas jajajaja
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