En fin, el caso es que entre pitos y flautas el tema se ha ido posponiendo y posponiendo. La historia es que Iván tenía un modo de juego ya en la cabeza, pero hizo como siempre, lanzar la caña y esperar a que alguien pique. En este caso concreto, me la tiró a mí. Evidentemente.
Me explico. Iván es un niño que piensa mucho, demasiado. Fría y calmadamente se fija un objetivo y teje un plan magistral para conseguir lo que quiere involucrando a otros y con el mínimo coste para él. Para que os hagáis una idea más clara que la del juego de Slime Ranchers podéis leer el post sobre el crowdfunding de Zombicide Undead or alive. Pero, al grano, que me vuelvo a ir por los cerros de úbeda.Iván me explicó su buenísima idea para pasar tiempo de calidad en familia, jugando y echándonos unas risas y, además, "Es que hace mucho que no nos organizas nada, mamiiiii". Coló. Tomé buena nota de sus ideas y me puse manos a la obra intentando implicar a los churumbeles en el proceso, pero ahí fue cuando me di cuenta de que había caído en la trampa como una toli principiante. ¡Y eso que le conozco!
A ver, que Iván me hizo una especia de presentación powerpoint de slimes (los bichos) y sus comidas preferidas que me fue de mucha utilidad, pero porque le mola mucho el tema de hacer presentaciones de sus temas favoritos. pero cuando le pedí que me ayudara a preparar las hojas de impresiones o a buscar los plotz, lo que sueltan los bichos en el videojuegos y que se pueden vender en el mercado para conseguir dinero, me dijo que estaba muy ocupado y que me las arreglara con lo que me había entregado. ¡En plan jefe tirano!Cuando le pedí ayuda a Daniel se lavó las manos alegando que la idea no había sido suya. "¡Ah! entonces no quieres jugar ¿No?" "Hombre mamá. Pues claro que quiero jugar. Lo que no quiero es hacer el juego que es la parte más rollo". Son unos listillos o son unos listillos con más morro que kilómetros la M50.
En fin, que como yo ya estaba picada con hacer el juego (como ya preveía el pequeño genio del mal), seguí adelante en soledad, pero a mi ritmo y sin presiones (hasta ahí podíamos llegar). Puede que por eso se retrasara tanto la cosa.
El caso es que me curré las hojas para imprimir, me busqué distintos tipos de plortz por google, imprimí recorté todo, metí los plortz en los globos, los inflé, les pegué el tipo de slime, les puse peso para que no se me quedarán los slimes hacia abajo y se vieran bien...Y si ya de entrada parece un trabajo bastante laborioso, es que encima primero lo imprimí todo a doble cara en vez de a una cara y tuve que volver a imprimirlo todo; me di cuenta tarde que casi no me quedaba globos y me tocó buscar la milímetro para encontrar los 16 que necesitaba; también me encontré con que me faltaba un slime que pegar a un globo, no entendía nada, pero cogí un superplortz de los que se había impreso mal y los convertí en un nuevo slime con orejitas, carita, bigotes y patitas. ¡Arreglado! Para que luego me dijeran las fieras que era bien feo. ¡Menudo papo tienen! Lo que pasó al final es que uno de los globos no tenía plortz. Despistes garrafales de una. Encima que no tenía globos... En resumen: ¡un sufrimiento!Lo peques ya no se atrevían a asomar la nariz por el estudio por si se la mordía.Y mejor os explico el juego en sí y cómo se desarrolló en el siguiente post, porque este ya está quedando muy largo. ¡Es que tenía mucho que contar!
Por cierto, que el fin último no era, ni por asomo, pasar un tiempo divertido en familia, sino conseguir más bonos de premios como los que tenían del juego de pescar peces de Fortnite que les hice en el cumpleaños temáticos o que les metí en el calendario de adviento de Navidad y de los que ya no les quedaban casi ninguno. Ya os digo que las propuestas de Iván siempre tienen un motivo oculto...
Pero q morro tiene este niño🤣🤣 y tu pareces nueva🤣🤣
ResponderEliminarEs que saben que me mola el tema jaaaajajajajaja Estoy convencida antes de empezar ;P
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