Cómic. Sueño e historia

Cómic. Sueño e historia, la exposición que estará en CaixaForum Madrid hasta el 28 de agosto, me ha parecido una auténtica maravilla. Un recorrido visual muy potente sobre lo que significa le cómic para la cultura, historia, sociedad y el arte. 

Muy atrás queda eso de que "los tebeos son para niños". De hecho, es un bulo que nunca existió porque desde los tiempos de las cuevas de Altamira es una arte para todas las edades (y no quiero decir que todos los cómics sena para todas las edades, que los hay muuuy para adultos). 

Es una plataforma y medio de expresión muy impactante que se mete por nuestra retina y nos hace llegar mensajes a nuestro cerebro con mucha intensidad (a veces para mal, otras para olvidar, muchas para alucinar y unas algunas veces de forma sublime que marcan y ya no se olvidan). 

A mí me ha pasado con muchos de los autores de los que se muestra su arte en esta exposición. Algunos marcaron mi infancia con tanta fuerza que los llevo grabados en el subconsciente y, a veces, me sale el rejo de sus personajes (me he destrozado la rabadilla, os voy a mandar al cuarto de los ratones, ¡vete a freír espárragos!, ¡le ha dado un guantazo brutal de ojo en todo el puño!... y así hasta el infinito), otros se me clavaron a fuego en la adolescencia y la juventud, y otros los he descubierto ya en la madurez para seguir sorprendiéndome con el poder ilimitado de las viñetas.

El cómic es arte, es literatura y es una opción de ocio maravillosa, y así se refleja en esta exposición que nos lleva de viaje entre viñetas e ilustraciones por este mundo fascinante llenos de personajes icónicos y muy grandes ilustradores que han hecho historia.

Esta exposición es para verla con tiempo y calma. Parándote en los rincones que más te llamen la atención para disfrutarlos al detalle. Exactamente lo que no pude hacer porque iba con las fieras, a las que también les gustó, pero que no tuvieron la paciencia de desarrollar el sano arte de la observación. Sobre todo el pequeño, porque el mayor decidió descolgarse para poder ir a los rincones que más le gustaron y estudiarlos tranquilamente.

Me fui a ver la exposición con Sonia, de Facesonthebox, y su hijo, el pequeño crítico, que también seguía la estela de mi pequeño: saltar de una lado a otro y terminar de ver la exposición en cinco minutos para luego venir a presionar a sus respectivas madres para continuar con el siguiente punto del plan.

Evidentemente, lo que más les gustó a los más pequeños fue la impresionante casa de 13 rue del Percebe, que risas me habré echado yo de pequeña con estos peculiares vecinos; y el banco en el que te puedes sentar con Astérix y Obélix, nada más y nada menos. A mí me flipó la tela impresa con todos los personajes que han salido hasta ahora en los cómics de la saga de los irreductibles galos. ¡Qué divertido era buscarlos!

Por cierto, mucho cuidado porque en la sala de Marvel no se puede hacer fotos por una cuestión de marca o derechos o algo así. La verdad es que no me enteré mucho del motivo, pero se me quedó grabado lo de las fotos porque entré móvil en alto y disparando inidscriminadamente y la vigilante tuvo que venir a explicármelo, a pesar de que ya hay un cartel que lo indica claramente y que yo, por supuesto, no vi. Menos mal que la solución era fácil: borré las fotos y nos acabamos riendo las dos. Estoy segura que no soy ni la primera ni la última que entra en la sala con la cámara del móvil por delante jajajaja

Eso sí, en el resto de las salas puedes hincharte a hacer fotos, doy fe. Sobre todo en el banco de Asterix, frente al que, amablemente, han colocado un pedazo de espejo para facilitarte el tema y te gestiones tú misma la inmortalización del momento.

En definitiva, que la exposición es una pasada y la recomiendo sin dudarlo. 

Podéis encontrar toda la información en la web de CaixaForum, pero ya os adelanto aquí que la entrada cuesta 6 euros, aunque es gratis para los menores de hasta 16 años y para los clientes de La Caixa. Tened en cuenta que los que no hayan cumplido los 15 años tiene que ir acompañados de un adulto. 

Y otra cosa que suma interés a la visita es el impresionante jardín vertical de la entraba. ¡Una pasada!