martes, 7 de junio de 2022

Excursión por el embalse de San Juan y Parque Aventura Amazonia Pelayos Madrid

El sábado Daniel se fue al Parque de Atracciones invitado por un cumpleañero, dejando a su hermano un poco desconsolado con el planazo. El peque llevaba un tiempo pidiendo ir al mismo lugar, pero con todos los líos que hemos tenido no habíamos podido cumplir su deseo. Y encima su hermano se le adelantaba. El caso es que ir nosotros también quedaba descartado porque sabemos que el mayor quiere estar a su bola con sus amigos (normal a estas edades), así que se me ocurrió un plan alternativo: una aventura por las copas de los árboles. 

El año pasado, los niños de sexto de primaria no tuvieron viaje de fin de curso, pero sí excursión multiaventura a Aventura Amazonia Cercedilla y Daniel volvió contando maravillas, así que me puse a investigar para llevar al más peque a un sitio original, divertido y que implicara aire libre y ejercicio. Lo que vi en la web me encantó, así que me dispuse a comprar las entradas. Pero ¡oh! Qué mala suerte, no había ni un hueco libre para ese sábado. Que no cunda el pánico. Hay otro Aventura Amazonia en Pelayos, es un poco más pequeño y está en una zona que no conocemos, pero también me convenció 100% para pasar una experiencia única. 

Nos metimos a reservar y la mañana ya estaba totalmente ocupada, así que nos decantamos por las tres de la tarde, pensando que habría menos afluencia. La mañana la dedicaríamos a recorrer la zona, especialmente por el embalse de San Juan, que tenía buena pinta.

Y así lo hicimos. Mientras el mayor marchaba más feliz que una perdiz con sus amigos, nosotros nos encaminamos al embalse de San Juan. La zona por la que nos pusimos era muy bonita, aunque difícil de recorrer porque hay que trepar y saltar por rocas y pendientes. la pena es que estaba guarrísima. Nos nos atrevimos ni a meter lo pies en el agua porque la vimos estancada. 

Nos acoplamos en un rincón muy agradable y limpio a la sombrita y recorrimos un poco la zona. Había que tener cuidado porque todo estaba lleno de cristales rotos. Comimos en nuestro rincón idílico y luego fuimos a por un helado a uno de los muchos bares y restaurantes que hay cerca de la zona.

Con la barriga llena nos acercamos a nuestro objetivo principal: el parque de multiaventura. Allí nos colocaron un arnés con dos ganchos, una anilla de seguridad y el sistema de polea para las tirolinas. Luego nos metimos en el curso de iniciación para primerizos como nosotros.

El sistema que usan mola un montón porque permite total autonomía de los participantes. Al principio da un poco de vértigo echarse toda la responsabilidad a tus hombros, pero está hecho de tal manera que es imposible ponerse en peligro, aunque te equivoques con algo.

Lo primero que te explican es el funcionamiento de ambos ganchos. Cuando sólo puedes desenganchar uno cuando los dos están enganchados, así te aseguras que siempre hay uno para sujetarte si te caes (cosa harto difícil. Si no me caí yo...). Cuando acabas un recorrido hay un sistema abierto para desenganchar los dos ganchos e irte al siguiente recorrido.

En las escaleras, además hay que enganchar la anilla de seguridad porque ahí los ganchos son un poco inútiles. Cuesta subir y bajar porque el equipo pesa bastante y hay que ir tirando de él. 

Y, por último, al llegar a las tirolinas hay que enganchar un gancho, la polea y luego el segundo gancho. Por ultimo, te dejas llevar y vas por los aires tan a gusto. De verdad, que acabas acostumbrándote y a la tercera ya te tiras sin pensártelo dos veces. Cuando llegas al otro lado, tienes que agarrarte al asidero de mano, apoyar el pie en otro dispuesto para eso y trepar hasta la plataforma.

Por seguridad, no se permite más de tres personas en las plataformas y tramos de recorridos. En las tirolinas hay que asegurarse bien de que no haya nadie para tirarse. El que se tira grita "libre" cuando acaba para que pueda tirarse el siguiente.

Mola mucho porque vas completamente a tu bola. Lo único malo es si te encuentras un tapón en alguno, como nos pasó a nosotros, pero tienes escaleras  en puntos intermedios por si te quieres bajar antes de tiempo o subir a una parte concreta.

También pillamos otro de los recorridos totalmente libre y lo hicimos sin esperas. Fue flipante, aunque en algún punto lo pasé un poco mal para salvar los retos. Sobre todo en uno de plataformas redondas muy alejadas unas de otra en las que había que saltar. Ahí sí que pensé que acabaría colgada. Pero no. Lo logré.

Las pruebas molan mucho porque son muy diversas y de diferentes dificultades y alturas. Además hay lugares para sentarse a descansar y tomar algo que puedes comprar en el bar o en las máquinas expendedoras. O traer tú mismo y dejar en las taquillas, que cuestan un euro.

Es más que recomendable leer bien los requisitos que se piden en la web. Por ejemplo, para saber cuál es la edad mínima que se exige (6 años) o la altura mínima (1,15 metros). Lo de la altura es muy importante, porque dependiendo de los alto que seáis podréis acceder a determinados circuitos. Por ejemplo, Iván mide 1,45 y pudo entrar a todos los recorridos, menos al deportivo, que no podía entrar ni yo porque se pide un mínimo de 1,60 de altura. A la supertirolina sólo pueden subirse los adultos.

El precio varía según edad y altura. La de Adultos (22 euros) incluye a los mayores de 16 años; los Juniors (20 euros) son lo que miden 1,35 m mínimo y son menores de 16 años; y los Niños (17 euros) van desde 1,15 hasta 1,34 m y al menos deben tener 6 años de edad. Los acompañantes que no usen las instalaciones pagan 1 euro de entrada. El precio incluye tres en horas en total en las que te dan el curso de principiantes, disfrutas los recorridos que elijas y descanses en la zona de relax.

Porque la actividad es agotadora. Quien avisa no es traidor. Pero intensamente divertida.

Cuando se acabaron las tres horas (se nos pasó muy rápido), nos fuimos a explorar otra orilla del embalse que nos gustó mucho más porque estaba más limpia y era mucho más llana. Raúl hasta se atrevió a bañarse y todo, aunque confesó que el agua estaba congelada y que tuvo que salir para volver a sentir las piernas.

Otro día volveremos a disfrutar del embalse. La verdad que fue un día muy emocionante.




2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Da un poco de respeto, sí. Aunque parecía que sólo a mí, el resto saltaba como ardillas jajajajaja

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