domingo, 17 de marzo de 2013

La silla de la discordia

El viernes pasado las chicas de los portales (y del estudio de arquitectura) se pusieron de acuerdo para dar una despedida a mi madre. Yoli trajo unas galletas caseras que le habían regalado, yo el café y el resto su alegría. Y nos juntamos en la puerta del estudio, como siempre, a darle a la lengua.

Iván hizo todo lo posible por aguarnos la fiesta porque tenía un día malísimo. En cuanto le llevábamos la contraria por lo que fuera lloraba y lloraba enrabietado. Cristina, la conserje de otro portal, quiso darle una alegría al bebé y le sacó una sillita monísima de su tamaño para que se sentara. me comentó que se la habían dado para que la tirara, pero que ella había pensado en mis peques. Iván no le hizo mucho caso. Se sentó un poco, pero enseguida se levantó. Al que le iba a encantar iba a ser a Daniel. En breve me tocaba ir a buscarle al cole porque venía de Natación a las seis de la tarde.

No me equivoqué. En cuanto Daniel la vio se sentó tan a gustito a comer sus galletas. Y ahí empezó el problema. Como no podía ser de otra manera, la silla cobró una repentino e inusitado valor para su hermano pequeño que se agarró a ella como una lapa. El mayor se hizo fuerte en su asiento. Y yo agarré al bebé y le obligué a soltar su preciado tesoro. las allí presentes intentaron convencer a Daniel para que le cediera la sillita al chiquitín, pero yo me negué en redondo porque no me parecía justo. El mayor había acogido el regalo con gran alegría y lo estaba disfrutando. El pequeño le había hecho poco caso hasta que había llegado su hermano.

Iván se puso a berrear como un loco y no quedó otra que subirnos a casa con la cafetera, los niños, la sillita, el carrito... Menos mal que las chicas nos ayudaron a llegar a la puerta.

Una vez en casa hubo otra pelea porque le había puesto los cantajuegos al bebé para que se tranquilizara y Daniel quería los Super Hero Squad. Me llevé al mayor al ordenador y le puse los capítulos de You Tube, con lo que se quedó contentísimo. Cuando volví al salón para seguir atendiendo al pequeñajo me lo encontré sentado en la sillita tan a gusto. Disfrutando del chupete y los Cantajuegos con una expresión de triunfo en la cara y bien agarrado a los reposabrazos. Por si acaso.

1 comentario:

  1. Como dice el dicho: "Culo veo...". Jajaja. Así son los niños. Un besote!!!

    ResponderEliminar

Me encanta saber lo que piensas.