Gracias a una promoción de Madresfera, los Cupets entraron en nuestra vida. De repente llegó un paquete enorme a mi puerta y, cuando lo abrí, me encontré con doce mascotas que me decía "Ábreme, ábreme... ¡pruebame a mí primero!..." Tranquilos cupets. Todos seréis debidamente disfrutados a su debido tiempo, pero hay que dejar que elijan los niños primero.
La caja trae un animalito con forma cuadrada muy mono. Tenemos doce diferentes, a cual más gracioso. Cuando les di a elegir a los peques tardaron una eternidad en decidirse. ¡Los querían todos!
El muñequito trae una pegatina con un código QR que permite que lo veas en realidad aumentada a través de tu móvil o tablet e interactuar con él. ¡Una pasada!
Les abrí el paquete a toda velocidad a mis hijos porque estaban deseando tener la mascota entre sus manos. Les di su cuadradito a cada uno y me dispuse a leer las instrucciones con mucha atención. "Introducir el código que encontrarás pegado en la parte trasera de tu Cupet". Muy Fácil. Vale. Fenómeno.
"Chicos, dadme el bichillo que necesito... ¡¡¿Y la pegatina?!!" Mis chicos me miraron con cara de angelitos con una expresión que quería decir " ¿Pegatinas? ¿Qué pegatinas?"
"Errrr... Vale. Elegid otro". Primera lección: Si tus chicos son pequeños rescata el código antes de entregarles el Cupet. Si no, os veréis como yo, removiendo cielo y tierra para encontrar los malditos códigos en lo más profundo del sofá esquinero.
Lo primero que tenemos que hacer es bajarnos la app completamente gratis en Play Store. Después ponemos el muñeco de la mascota delante de la cámara del dispositivo. Tocamos el botón en la pantalla que nos permite visualizarlo y luego a "Introducir código". Y ya está. No tiene más misterio.
Nada más introducir los numeritos y letras ¡Tachán! la primera sorpresa. ¡Nos regalan otro! Bieeeen!... No se puede acceder a su versión de realidad aumentada porque no tienes el muñequito, pero le tienes paseando por la habitación virtual en busca de cariño, juego, cuidados y comida.
Ya tenemos a los simpáticos animalitos pidiendo toda nuestra atención, poniéndonos ojitos y riendo como locos cuando les hacemos cosquillas con la plumita.
A Daniel, le brillaban los ojillos de la emoción cuando se hizo cargo de su primer Cupet. Como sólo tiene cuatro años, hay que supervisarle el juego. Entre otras razones, la más importante es que, para hacerte cargo de tu mascota, hay que comprar comida, medicinas y demás complementos a base de monedas, que puedes ganar con minijuegos o comprando directamente. Me da miedo encontrarme una deuda terrorífica a cuenta del juego.
En realidad, va dirigido a niños entre nueve y catorce años, que suelen ser mucho más responsables y no van a hacerte gasto "sin querer". Por ahora no hemos tenido ningún problema en este sentido, y vamos gastando lo que ganamos en los minijuegos, aunque hay que jugar mucho para conseguir el dinero suficiente para hacer plenamente feliz a tu mascota virtual.
Daniel, no tiene problemas en este sentido. En un ratín ya te ha conseguido 600 monedas sin despeinarse. En cambio, la tecnolerda de su madre consigue 100 en el mismo tiempo y gracias.
El único problema real con el que me he encontrado es que no está pensado para tablets con la wifi capada para el público infantil. Normal, ya que está orientado a niños más mayores que los míos. Así que la solución pasa por dejar jugar al peque en el escritorio adulto con mucho cuidado para que no le dé por navegar por su cuenta y riesgo.
Hay varios niveles de minijuegos y todos son altamente adictivos. El problema es que, yo no sé si es mi dedo que tiene impulsos incontrolables, o que la tablet ya está más para allá que para acá de tanto que la usan los chiquillos, que mi mascota se me revela y no hace lo que le pido. "¡¡Agáchate condenado, agáchateeeeeeeeee!!" Se me oye berrear como una loca. Y el muy desobediente se empeña en saltar al desastre y perder. En cambio, mi hijo de cuatro años da un toquecito en la pantalla y el animalillo baila la jota si hace falta. ¡Jolín con la brecha digital!
El puntazo es que cada cupets te lo puedes descargar en dos dispositivos distintos, cada uno con su diferente trayectoria, según le trates. Así que el mismo muñeco murciélago puede revolotear en mi móvil y en la tablet para dos usuarios diferentes. Eso sí, ¡no pierdas el código que lo vuelve a pedir! Nosotros hemos pegado las pegatinas en un folio con el nombre del animal encima para que no haya más percances.
En mi caso, con niños tan pequeños. Los propios muñecos son fuente de diversión ilimitada. Mis chicos juegan con ellos a hacer carreras imaginarias, a ir de aventuras, a hacer torres...
No hace nada que los tenemos y el mayor ya me pide encarecidamente que le saque el resto de los cupets. ¡Vaya vicio!
Esta es mi opinión y reseña del nuevo juego que se estrena en España, pero que ya lleva mucho tiempo causando furor en Italia. No he investigado su precio de mercado, pero tras probarlo, puedo concluir que la diversión está asegurada para todos los miembros de la familia.
Me recuerda a los muñecajos aquellos de Facebook. Yo tenía una gata llamada Grace Kelly que debe haber muerto de inanición o víctima de alguna infección por falta de higiene. Jajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarSeguro que si vuelves al juego te la encuentras sucia, enfadad y con hambre, pero vivita y coleando. Desde los tamagotchi ya no se atreven a que mueran los bichillos. ¡Y menos mal! Yo sufrí bastante por los perritos de Nintendogs cuando perdí el interés y seguí jugando sin ganas mucho tiempo :S
EliminarCuántos tenéis! creo que cuesta alrededor de 8 € la unidad. Al menos en las jugueterías donde los he visto.
ResponderEliminarQué bien se lo van a pasar, bueno todos
Giocho Preciosi nos envió los doce a casa en una promoción de Madresfera. Lo decían en el texto, pero hasta que no te encuentras la caja llena de bichillos pensaba que nos darían uno de los doce para probarlo. ¡Vaya sorpresa me llevé! El caso es que el mayor los quería todos, pero yo he regalado los ocho que nos quedaban a niños de la familia. Creo que con los cuatro que tuvimos que abrir a raiz del pequeño percance, ejem , ejem, de los códigos y otro que te regalan al registrar el primero va que chuta.
Eliminarvaya tela con los cupets... no los había oído en mi vida. Me has dejado flipando con la de cosas que hay por ahí para los críos.
ResponderEliminarEl mercado de los juguetes es ilimitado jajaja
EliminarA mi la bichito me tiene loca con el cubo, le llama cubo me parto....a ver si hago la crónica, la tuya me ha encantado y no del código me paso a mi y yo no tengo 4 años jjajja
ResponderEliminarEs que hasta que no lees las instrucciones no te enteras de lo importante de la pegatina y ha podido pasar de todo jajaja
EliminarEspero con impaciencia tu reseña de los bichillos :D