Desde que mi primogénito vio el capítulo en el que Pepa Pig va al dentista no ha dejado de darme la tabarra con que quiere ir y que quiere ir. Mira que es un niño raro. ¿A quien le gusta ir al dentista? Sólo a él.
Pensé que, en cuanto pisara una consulta cambiaría de idea Ipso facto, pero... ¡que va!
Aprovechando la oferta de seguro dental durante un año que regalaban a todo el que comprara los libros de texto en el Corte Inglés, concerté una cita en LB Clínicas. Daniel estaba emocionado con la perspectiva de visitar por fin al médico de los dientes.
Entró como un rayo en el local y con una sonrisa de oreja a oreja. Ya sólo por eso, llamaba la atención. Nos atendió una chica encantadora. Mientras me tomaban los datos, el peque pasó a la consulta. Si pensaba que se iba asustar o amedrentar porque no estaba su madre con él, me equivocaba de pe a pa.
Cuando terminamos con la ficha, la dentista ya había finalizado la exploración y el chiquillo había comenzado la suya. Le preguntaba a la especialista para qué servía esto, para qué servía aquello...
Mientras la facultativa me explicaba que una muela del niño tenía una historia en el esmalte que lo iba corroyendo y que había que vigilarla, yo intentaba tener controlado al protagonista de la historia, que no se podía estar quieto.
Resultado: no me enteré de nada de lo que me dijo, aunque tenemos una cita para después del verano para una revisión y espero poder aclarar mis dudas sobre el esmalte corrosivo.
La chica que nos recibió estuvo conversando con él a la salida y acabó regalándole una libreta. A cambio, Daniel se comprometió a traerle magdalenas la siguiente vez que la viera.
A la vuelta, el peque me estuvo contando un poco desilusionado, que la dentista le estuvo mirando, pero que le hicieron muy pocas cosas y que no usó casi maquinitas. "Menos mal que vamos a volver... ¿A que sí, mami?" Lo dicho. Este niño es muuuuy raro.
Jajajaja. Pues oye, en ese sentido tienes un chollo con él... Un besote.
ResponderEliminarA ver cuanto le dura ;)
Eliminarjejejejejeejejeje
ResponderEliminar¡Q valiente!!! a partir de ahora que vaya él por todos/as nosotros
jajajaja
Eso sería ideal. Yo odio irrrrr!!!
EliminarJajajajajaja! Pues sí que es raro tu niño, sí... Yo tuve que pisar el dentista muuuuuchas veces de pequeña y no me molaba nada!! Pero bueno, mejor que vaya con tan buen ánimo! XD
ResponderEliminarMuas!
A él le emociona ver tanto instrumental junto, pero ya veremos cuando tengan que hacer uso de él de verdad en sus dientecitos :S
Eliminar¡¡¡¡Qué original!!! ¿Ha visto Buscando a Nemo? jjijiji, en otro caso igual es vocación. A ver si le dura la buena actitud, es una garantía :)
ResponderEliminarAnda! Pues sí que la ha visto! A lo mejor ha influído :D
EliminarJa ja ja, sí que es raro que le guste ir al dentista y menos mal que va a volver....dice. Daniel es único y además super gracioso
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Es que se le ocurren unas cosas! Y luego la mami a buscarse la vida para hacerle feliz jajaja
Eliminarque rarooooo, a mí me da pánico ir al dentista, tanto que el día que acompañé al Futuro casi me desmayo cuando le ví salir sin muela y con una gotita de sangre en el abrigo.....
ResponderEliminarSin embargo al oculista me encantaba ir de pequeña, ahora no tanto, siempre tengo miedo de que me haya subido la miopía jooo
A mí no me gusta ni uno ni otro, pero el dentista es mucho peor. Que grima cuando te empiezan a limar, raspar, cepillar... aaaarg!!!
EliminarMira que es raro que a alguien le guste un dentista, pero a un niño!!!! Hija que suerte a mi bichito voy a tenerla que atar fijo!!!
ResponderEliminarY ahora me pregunta todos los días que cuando es la siguiente visita O-o
EliminarYo alucino.