Cuando volví a Covarrubias después de tres días de Rodríguez
de infarto (trabajar, limpiar, recoger nonstop) me encontré con que mi niño
mayor había cogido frío y estaba en un estado de fiebre, mocos y toses
importante. No quería ni oír hablar de meterse en la cama, pero tampoco tenía
fuerzas para levantarse del sofá, así que se pasaba casi todo el tiempo delante
de la tele.
Aun así, su espíritu inquieto y aventurero no le abandonaba
y quería estar en todos los saraos. En cuanto me vio me preguntó que para
cuando la búsqueda de huevos de chocolate. En uno de sus picos de actividad me
lie a esconderlos por el patio de la casa de mala manera. Casi que los tiré y
donde cayeron ahí se quedaron.
El año pasado los escondí mejor y en verano la
abuela de Raúl aún se topaba con alguno en el rincón más inesperado, así que
este año decidí poner las cosas más fáciles.
Cuando di el pistoletazo de salido mis niños y una amiguita
salieron al patio muy ilusionados a recoger huevos como locos. Corrían de un
lado a otro dando gritos de alegría con cada descubrimiento. No les costó nada
hacerse con todos ellos y empezar a pelarlos con claras intenciones de darse un
banquete de Pascua.
A Daniel le restringimos el número porque con tanta medicina
no andaba bien del estómago y no queríamos que le sentaran mal. A la hora de
comer no encontraba las ganas, pero cuando se trataba de chocolate le volvía el
apetito rápidamente.
Cómo les gusta este juego, con final dulce. Los primeros
años aún les contaba que el conejito de Pascua los escondía, pero me temo que
ya son demasiados personajes fantásticos en su cabeza y no colaba. A riesgo de
destapar oscuros secretos sobre los Reyes Magos y Papa Noel, atando cabos entre
tradiciones, decidí no abusar demasiado de la imaginería popular y hace ya un
par de años que los escondo yo sin disimulo.
¡Qué costumbre más bonita!
ResponderEliminarPero claro, sólo apta a los que tienen jardín, porque los que vivimos en pisos... Como no vayamos a un parque municipal aprovechando las ciudades vacías jajajaja
Besos
Pues, en realidad, mi idea inicial fue hacerlo dentro de la casa porque Daniel estaba malito y no me hacía gracia que saliera, pero hacía tan buen dia y el pobre estaba deseando salir la patio, así que me convencieron. Pero es apto para todo tipo de casas. Sólo hay que esconder los huevos entre lo juguetes, en el revistero, las mesas auxiliares... ;)
EliminarPues también tienes razón...
EliminarMe encanta la idea!
ResponderEliminarSe lo pasan genial buscando y comiéndose los huevos más todavía jajaja
EliminarHola. es una actividad divertida buscar los huevos por todo el jardín. Espero que ya se encuentre mejor. Con este cambio de tiempo cogemos todos los virus... seguimos en contacto
ResponderEliminarEstá mejorando, muchas gracias. pero aún le queda esa molesta tos que no le deja descansar al pobre. Ojalá se la vaya pronto, aunque ya nos ha dicho la pediatra que va para largo. Paciencia y Romiral por las noches para que duerma un poco. Ni un resfriado en todo el invierno, llega la primavera y zas!!
EliminarYo también quieroooo jejejej
ResponderEliminarvoy a ver si encuentro alguno :D
Uy! Seguro. Escondí muchísimos jajaja
EliminarLa abuela de Raúl todavía encuentra alguno cada verano ;)
Que rica actividad, y dulce por supuesto, pero hicisté bien en no dejarle comer mucho, porque estos peques se lian a comer y no hay un mañana apra ellos cuando se trata de chocolate jajaja
ResponderEliminarNo hay límite cuando se trata de chocolate jajaja
Eliminar