De repente, la idea se metió en mi cerebro. Me revolví inquieta de un lado a otro de la cama y supe que se quedaría en mi cerebro hasta que la pusiera en práctica. Así que salí de la cama de un salto y acudía al lado de la tropa al grito de donde están esos palooooos.
Pero mi marido frenó mi vena creativa de un golpe. “Uy, que bien que te hayas levantado. Te estábamos esperando para dar un paseo”. Así que me vestí a para la calle. Pero yo andaba obsesionada con el tema.
A principio los niños salieron ilusionados a merodear por el pueblo, pero pronto el entusiasmo decayó. Daniel parecía encontrarse un poco peor e Iván clamaba por volver al hogar porque aseguraba que estaba cansado.
Convencí a Raúl para que se quedara con unos amigos suyos que se había encontrado por el camino y me ofrecí para llevar a los pobres agotados niñitos al calor del hogar… Y buscar los tres palos dichosos.
No tuve que buscar mucho. Eran perfectos. No necesitábamos cuatro como asegurada el papá. Con esos iba a ser más que suficiente. Me hice con la lana que había llevado para hacer los huevos de pascua y me lié a atar los palos por una punta. No me llevó mucho. Luego cogí una colcha infantil, un par de hojas de periódico y las sujeté con pinzas de la ropa al armazón. ¡Tachán! Tipi indio en cinco minutos. Tiempo record. Pero quedaba muy soso, así que añadí unos cojines, un poco de papel plata y lana azul para simular agua, lana naranja para hacer un fuego que me pidió Daniel… Mmmmm… aún me parecía que faltaban detalles. Rápidamente dibujé y recorté unos peces cutrillos, los puse en el agua falsa y me hice con unas pinzas de cocina para pescarlos. Eso ya era otra cosa.
Los peques me miraban hacer divertidos. A veces me hacían sugerencias, pero no penséis que se mataban para echarme un mano. Cuando terminé el escenario se metieron en él como una exhalación sin darme tiempo a nada más. Enseguida se metieron en el juego entre risas.
Aún se me ocurrió sacar algunos huevitos de pascua de chocolate que habían sobrado de la búsqueda y los pusieron al fuego de lana para asarlos y comerlos. Justo en ese momento sonó el timbre. Era Raúl que venía acompañado de un amigo y sus dos hijos de edades similares a los míos. Se llevaron una gran alegría al encontrarse con un campamento indio en el salón. Estuvieron jugando un buen rato los cuatro, así que valió la pena el esfuerzo. Aunque el tipi se caía cada dos por tres. Menos mal que era facilísimo volver a ponerlo en pié.
Al final, entre las luchas épicas, la caza de invízimals y la invasión de monstruos la cosa acabó fatal y la lana desperdigada por todos sitios, pero hay que ver lo bien que se lo pasaron.
Me recuerda al campamento que hicimos este verano en el salón de mi casa por recomendación de El Blog de Bombones.
yo vi esta idea en un blog (no recuerdo mal) pero para usarlo de perchero, así que si no has tirado todavía los palos mira, ya tienes una doble función, perchero de noche y tipi de día :D
ResponderEliminarUn perchero??? No se me había ocurrido.
EliminarViva la creatividad jajaja
Me encantan las acampadas en el salón! La última la hicimos el domingo, para despedirnos de las vacaciones.
ResponderEliminarGracias por la mención, Dácil.
Es que tu blog me inspira mucho :D
EliminarGracias a ti por tener ideas tan buenas
Qué divertido!!! Yo nunca tuve tipi pero improvisaba un refugio debajo de la mesa de comedor. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarYo tambieeeen jajaja
EliminarCreo que es un clásico de la infancia. Y mis niños también juegan debajo de la mesa del comedor jajaja
q guay!!! y q ideas q tenéis ¡me encantan!
ResponderEliminarMuchas gracias!! esta vez el mérito es todo el papá que me metió la idea en la cabeza jajjaja
EliminarMadre mía, tus hijos tienen una suerte, les ha tocado una madre muy pero que muy molona. A>y si mi madre hubiese hecho la mitad de actividades. Y luego dices que ellos tienen mucha imaginación, es que de padre gatos...
ResponderEliminarBesos
Uy, si me vieras en modo troll no dirías eso jajaja
EliminarMis hijos no conocen otra cosa y no creen que tengan tanta suerte con su mami gruñona que no les deja libertad absoluta para poner sus reglas. Buuuuuf vaya par de tiranitos más guapos :D
Pero quien quiere salir a la calle teniendo un tippie en casa?
ResponderEliminarEso digo yo jajaja
EliminarY con más calorcito que en la calle que no veas que frío por Covarrubias!!
Hola. me encanta esta cabaña que hicisteis... me imagino la jornada tan divertida que pasaron... seguimos en contacto
ResponderEliminarSe lo pasaron genial liándola parda jajaja
EliminarEl mayor acabó totalmente enredado en la lana azul y tuvimos de desliarle con mucha paciencia. ¡No se les puede quitar el ojo de encima! Pero lo importante fue que jugaron muchísimo
Que imaginación tenéis en casa, me encanta. Los niños se lo pasarían pipa, y los hijos de tus amigos, seguro que con ganas de volver :)
ResponderEliminarDice su padre que les encanta venir a visitarnos jajaja
EliminarEspero no decepcionarles nunca ainssss