"¡¡Aaaaah mamáaaaa!!" acudí corriendo ante tal llamada de angustia.
"¿Qué pasa, qué pasa?" En el salón me encontré un escena muy extraña. Iván miraba su bocadillo horrorizado y Daniel lo miraba a él con asco.
"¿Pero qué pasa?", volví a preguntar.
"¡Mi bocadillo tiene sangre!" exclamó el pequeño acongojado
"Que ascooooo", le coreó el mayor.
Extrañada me acerqué a la mesa en la que estaban merendando y examiné la causa del alboroto. Efectivamente había rastros de sangre justo donde el chiquillo había mordido. Le pedí que abriera la boca para examinarla y tal y como yo pensaba ahí estaba la fuente del problema.
"¡Se te ha caído un diente!" exclamé emocionada. "Yujuuuu", gritó él que ya estaba deseando desde hacía mucho tiempo que sus dientes de leche se decidieran a irse con viento fresco como le sucedía al resto de los compañeros. Justo había desaparecido una de las paletas que formaban la doble fila de los dientes tiburon. "Yujuuuuu", dije yo también. Le acompañé al baño y le hice enjuagarse unas cuantas veces para quitarse la sangre. El pobre lo estaba pasando mal con el tema.
"Pero, ¿dónde está el diente?" inquirí. El pequeño se encogió de hombros. Volví a examinar el bocata a conciencia. También la mesa, el suelo, la silla... Interrogué a su hermano por si había visto algo... ¡Nada! El diente había desaparecido.
Daniel sugirió que esperáramos a que su hermano hiciera caca para seguir investigando, pero al final llegamos a la conclusión de que no valía la pena llegar a ese extremo y el chiquillo se quedó muy conforme con que el euro se lo diera yo en vez del ratón.
Su hermano le aconsejó que le dejara una carta al ratón explicando lo sucedido, pero como no lo vi muy por la labor le di el euro y se quedó tan contento. Al día siguiente fuimos al kiosco a comprar su primer regalo por dientes de leche. No podía haber un niño más feliz. Espero que tenga más cuidado con su próximo diente.
¡Se lo tragó! menos mal q no te montó un numerito y se conformó con q se lo dieras tú, yo creo q mi hijo hubiera tenido una llantina impresionante....
ResponderEliminarYa ves. En cuanto le dije que el euro se lo daba yo se puso contentísimo. Es muy materialista y pensó que así se ahorraba la espera ainss
EliminarSe lo tragó, fijo. Ya va desapareciendo su aspecto de mantícora. Besotes!!!
ResponderEliminarEso pensamos todos ainss
EliminarPues sí, está perdiendo eso que le hace tan especial jajajaja
despues de cuantos dias se le aflojó su diente
ResponderEliminarLo cierto es que ni nos enteramos de que se estaba aflojando. Cuando apareció la sangre en el bocadillo fue la primera noticia que tuvimos de que se le iba a caer ese diente
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