Gracias a Boolino hemos tenido nuestro primer contacto con el universo Mondrago, escrito por la veterinaria y novelista Ana Galán: Dragones de Tierra.
La verdad que en un principio nos ha desconcertado un poco el primero de los tomos que conforman esta colección de aventuras dragoniles, sobre todo cuando nos encontramos un capítulo inicial que nos cuenta una aventura anterior. ¿Habrá una precuela más adelante? ¿Hay libros antes que no se han publicado? ¿Qué sentido tiene contarte algo que da para otra aventura completa en el primer número de una saga? En dos páginas y media se ventilan un argumento que promete mucho y el segundo capítulo empieza a plantear muy lentamente el inicio de otra historia.
Los acontecimientos se van sucediendo poco a poco hasta que el conflicto que desencadena la campaña de los cuatro amigos protagonista surge... ¡Al final! Sí, sí. Como lo lees. Al final del libro comienza lo que yo entiendo por desarrollo. A Daniel casi le da un pasmo cuando le digo ¡Fin! justo cuando las cosas se ponen más interesantes. ¿¿¿Cómo??? La cara de ambos niños fue un poema. ¿No nos vamos a enterar de quienes son los malvados, ni que pasa con los huevos, ni por qué hacen lo que hacen? Pues no. Hay que leer el siguiente libro y, presupongo por las sinopsis de los otros tres tomos, que el final no llegará hasta que completemos el cuarto libro que se ha publicado. Yo aconsejo que si estáis interesados os hagáis con todos antes de empezar porque la verdad es que se queda muy emocionante. Y que no leáis la sinopsis porque os cuenta todo lo que pasa en ese libro de principio a fin.
La historia en si enganchó a mis hijos desde el minuto cero. Ya el mapa que aparece nada más comenzar hizo que se emocionaran. Y la presentación de personajes con los cuatro amigos protagonistas y sus respectivos dragones fue otro puntazo ante sus ojos. A la vez que avanza la historia y nos iban explicando las clases de dragones que existían teníamos que volver a esa página para ver qué tipo de Dragón tenía cada uno.
El más salado, con diferencia es Mondrago, un dragón de agua que nació con las alas demasiado pequeñas para volar y que han caracterizado como un enorme perrito juguetón. A los peques les enamora incondicionalmente con sus travesuras y juegos. Hay que reconocer que es monísimo. Y si a esto añadimos que en la historia hay bebés dragón, quien se resiste.
Personalmente, hubiera preferido que me sumaran los cuatro tomos en un libro y leerme la historia del tirón, aunque entiendo que para el nivel de lectura de la mayoría de los niños de ocho años, edad desde la que se recomienda, puede ser desalentador enfrentarte a 500 páginas todas juntitas. A mí me ha recordado a las novelas por fascículos de la época de mi abuela.
En definitiva, el principio está muy bien planteado, a los peques les ha encantado, pero es un libro incompleto que no se puede leer de forma unitaria.
Por cierto, Boolino está organizando un concurso muy divertido alrededor del mundo Mondrago en el que los niños tiene que hacer una ficha de personaje sobre un dragón con sus características, gustos, habilidades... Y dibujarlo. Mis hijos se lo han tomado como un personaje de rol y están ello.
En este caso, como se trata de libros infantiles, entiendo que no quieran hacerlos demasiado extensos pero he llegado a ver "trilogías" para adultos donde cada libro tiene unas doscientas páginas. Eso sí me indigna. Para eso que hagan un sólo libro de seiscientas y en paz. Te quedas con la sensación de que lo que quieren es cobrarte el triple. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarJolín, pues la verdad es que para adultos 200 páginas es casi un insulto si la cosa va a continuar...
EliminarEl mayor lo dejó a medias y no ha podido retomarlo, pero tpc me gusta mucho q se quede tan abierto... Eso creo recordar que nos pasó tb con otra saga de Agus y los monstruos...
ResponderEliminarPues aquí los dos fieras no paraban de pedirme que les leyera otro capítulo más, y otro y otro... hasta que... Pues eso, que cuando parece que empieza la aventura se acaba el libro y se quedaron los dos desalados. Pero el argumento les estaba gustando un montón.
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