viernes, 30 de octubre de 2020

La calabaza general y la calabaza titán

Ya tenemos nuestras calabazas linternas en su rincón de honor. Este año Daniel ha decidido que la suya sea un titán para homenajear a la serie que le tiene obsesionado, e Iván tenía claro que la quería con aires militares, aunque no sabemos muy bien por qué. No ha dado explicaciones, pero a mí esto me huele a Fortnite como poco.

El tema es que fuimos juntos a la frutería para que pudieran elegir la materia prima a gusto. Y nos encontramos con que había volado. Sólo les quedaban dos, que fueron las que nos llevamos para casa, obviamente. 

De todas formas, nos parecían perfectas para lo que queríamos. Cada niño, se hizo un boceto de su proyecto y se los pasamos al padre, que es el encargado de usar el cuchillo super afilado.

Una vez cortadas y vaciadas las calabazas, las limpié muy bien y monté el taller de los maestros calabaceros para que pudieran explayar sus venas artísticas.

Mientras, yo me encargaba de cocinar el bizcocho de calabaza y de limpiar las pipas. Había tantas que me daba pena tirarlas y las tengo secando para que estén listas con vistas a nuestra próxima cena cine.

Cuando salí de la cocina me encontré con un Daniel muy enfadado porque no le salía lo que quería, pero a mí el resultado me fascinó. Esa boca interminable llena de dientes... Una pasada!! Supuestamente era el Titan Eren, pero quedó tan desencantado con el resultado que determinó que sería otro titán anónimo. Aún así le pusimos el papel seda verde en los ojos para que la luz luciera con ese color. Por cierto, que nuestro gozo en un pozo porque no lucía nada verde. Tendríamos que haber usado papel charol, pero sólo tenía rojo y azul, así que nada.

Iván estaba sentado en el salón jugando a la consola porque, según él ya había terminado. "Qué le has pintado? ¿Bigotes de gato?", hasta soltó el mando cuando me oyó decir semejante despropósito. "Nooooooooo, ¡que dices! Es pintura de camuflaje". "¡Ah! Claro, claro. Es evidente... ejem".

Una vez terminado el apartado artístico, tocó el de la puesta en escena. Buscamos elementos que sumaran contexto a nuestras calabazas y nos montamos un diorama Hallowiniano molón. Cambiamos las cosas de lugar un montón de veces hasta que estuvo a gusto de todos.

Fue una tarde muy divertida. Y para colmo, nos cenamos el bizcocho de calabaza de postre.






4 comentarios:

Me encanta saber lo que piensas.