Aprovechando que nos íbamos de casa rural con nada menos que siete niños, preparé una aventura especial de Misterios de Arkham para que pudieran jugar todos. Incluso, me rompí la cabeza para que algunos de los padres también pudieran participar como Personajes No Jugadores.
Era un gran reto porque el juego está pensado para un mínimo de dos jugadores y un máximo de cuatro, pero la motivación es un must y yo estaba muy motivada, así que me remangué y saqué una historia de terror muy aparente para jugar la noche del viernes.
La jugamos en el jardín de la casa rural. Mi idea era currarme la ambientación y había llevado un montón de cositas para ello, pero entre pitos y flautas se nos hizo muy tarde y uno de los niños se me dormía, así que tuve que darme prisa para montarlo todo. En cuanto empezamos la historia, el peque se reactivó y fue uno de lo más participativos. ¡Menos mal!
En esta ocasión, son investigadores son llamados por la alcaldesa de un pueblo en el que ha ocurrido algo terrible. Los muertos se han levantado y se han creído que los habitantes son su barra libre de cerebros. Por ahora los contienen en el cementerio, que permanece cerrado por las noches (momento en el que los cadáveres abren los ojos y se van de parranda), pero no saben cuanto tiempo más podrán contenerlos.
Siete valientes investigadores no dudaron en presentarse en dicho cementerio, lleno de pistas, animales que de vez en cuando se volvían locos, sectarios sedientos de poder, monstruos inimaginables y mucha magia, para enfrentarse a los insaciables zombis (que estaban encarnados por implacables padres más que dispuestos a comerse el cerebro de los churumbeles).
Los investigadores dieron lo mejor de sí mismos para enfrentar la terrible amenaza, y llegaron a acabar con el megamalo que venía a destruir la realidad con sus inconmensurables poderes, pero no pudieron contener la amenaza zombi y fueron devorados sin piedad uno tras otro poco antes de romper la puerta del camposanto y salir al exterior para alimentarse y difundir la pandemia zombi por el mundo.
En mi opinión un mal menor comparado con el hecho de que si hubiera triunfado el archimago no sólo tendríamos zombis royéndonos el cerebro sino la destrucción total de la realidad, que es todavía peor.
Con las preguntas finales, los peques demostraron haber estado muy atentos al misterio. Lograron contestar bien siete de diez. No está nada mal, teniendo en cuenta que tenían amenazas constantes pendientes de sus cabeza y las fases de la pandemia no paraba de aumentar.
Al final se fueron a la cama asegurando que les había gustado mucho, pero que lo había puesto demasiado difícil. A lo mejor con las prisas no estaba perfectamente equilibrado, pero yo sospecho que el tema de nos atacar casi nada a los zombis y dejar que convirtieran investigadores en zombis tan alegremente tuvo algo que ver con su derrota.
De todas formas, también es verdad que, con tantos jugadores, la partida se alargaba mucho y acabé dejando que los zombis tiraran la puerta con la mitad de los golpes necesarios para acabarla y que se fueran a dormir. Sobre todo, porque un par de ellos ya mostraban mucho cansancio de las emociones y el viaje. Pero eso que quede entre nosotros... ssssh....
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