Lo mejor fue que, mientras probábamos los tres maridajes nos iban contando curiosidades sobre los vinos, el café de especialidad y la miel, tanto históricas como gastronómicas. Fue muy interesante.
Igual pasó en la cata a la que nos habíamos apuntado a la mañana siguiente, "Arlanza en colores", en la que se maridaron vinos con platos de inusuales colores mientras nos contaban cómo influye el color en la percepción del gusto y por qué. Casi todo se debía a cuestiones de supervivencia, ya que los alimentos nocivos suelen tener color azul o verde y por eso nuestro cerebro los rechaza. Mientras nos contaban curiosidades no presentaban los platos y vinos elegidos: de entrante tomates de diferentes colores que iban del verde al naranja y con diferentes grados de acidez y dulzura acompañado de un delicioso blanco. Los colores de los tomates representaban a la perfección los que mostraban el vino blanco. De primero un arroz con carne azul delicioso, acompañado por un tinto joven. De segundo una corvina en escabeche morada que estaba de morirse, combinado por un rosado muy singular que ya probamos en la anterior edición de la feria y que nos gustó tango que nos llevamos un par de botellas a casa. Y de postre, un bocadillo de pan brioche con chocolate 100% negro y algo que yo diría que era nocilla o similar maridado con el tinto reserva que ya habíamos probado en la cata de la miel.Me pareció una pasada la calidad de los productos, el cariño con el que se hacen estas catas, la originalidad y el esfuerzo que se nota que se ha invertido.Desde luego que cuenten conmigo para la XI edición.
Además, se organizaron algunas actividades infantiles, aunque el tema no sea muy propicio. Uno de los días se repartieron hogazas de pan bañadas en vino y con azúcar. Daniel dice que fue y que no estaba mal. Yo andaba en la cata de los colores así que no pude disfrutar de esta actividad. No se puede estar a todo, pero que pena no poder ir.
También organizaron un taller sensorial para peques que mis hijos dijeron que había molado bastante a pesar de ir dirigido a niños de menor edad (están un poco quisquillosos con el tema porque dicen que les apunto a cosas de niños pequeños y ellos ya son muy mayores). El caso es que salieron contento con un montón de tiras de perfume con diferentes olores y una bolsita de café que estuvieron el resto del día pasándome por las narices.Por el tema no podía haber mucho hueco para niños, pero en definitiva todos los pasamos muy bien el finde, aunque yo la que más. Eso sí, a los peques les encendió la barbacoa el padre para que pudieran asar mashmellows, algo que estaban deseando dese que lo vieron en la primera serie estadounidense que se les cruzó. Por fin pudieron cumplir con su ilusión y les encantó. A mí me gustan igual de poco las nubes crudas que las asadas, pero tenía que probarlas por si acaso.
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